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Enseñanzas de la historia

Enseñanzas de la historia

Juan Taveras Hernández (Juan TH)

Cuando finalmente el Partido Revolucionario Dominicano ganó las elecciones de 1978, llevando como candidato al hacendado Antonio Guzmán, a pesar de la oposición del profesor Juan Bosch y de Vincho Castillo, que no aceptaban la victoria del PRD, mediante un “fallo histórico”, fue despojado de los senadores que le daría el control de la justicia que le permitiría llevar a la cárcel a los corruptos que el propio Partido de la Liberación Dominicana denunciaba constantemente.

Balaguer volvería al poder diez años después de haber salido con las manos ensangrentadas y un cementerio particular de toda una generación de jóvenes constitucionalistas y revolucionarios que pagaron con sus vidas. Tan pronto se instaló en el Palacio Nacional inició una cacería en contra del PRD, incluyendo al presidente Salvador Jorge Blanco, que terminó en la cárcel, al igual que muchos de sus seguidores. Más de uno tuvo que abandonar el país para no regresar jamás.

El propósito era destruir el PRD, diezmarlo considerablemente para que no pudiera levantar cabeza. ¡Y lo hizo!

Mediante un pacto racista y rastrero con Balaguer, Leonel Fernández, el autor del libro “Radiografía de un fraude”, se impuso al doctor José Francisco Peña Gómez. El PLD, en el poder, se planteó convertirse en un partido de masas destruyendo o minimizando al Partido Reformista, el mismo que lo llevó al poder. Para esa tarea tan innoble, se apoyó en Carlos Morales Troncoso y otros dirigentes de primera línea acostumbrados al poder.

Con Balaguer arrepentido de haberle regalado el gobierno a los malagradecidos del PLD, cuatro años después Leonel Fernández pierde las elecciones de Hipólito Mejía, que no intentó destruir al PLD, ni al presidente Fernández. Por el contrario, los dejó intacto, aunque sometió a la justicia a muchos de sus funcionarios. Pero estaban blindados con un aparato judicial totalmente a su favor. ¡Leonel era y sigue siendo intocable!

Es así como Leonel, cuatro años después, vuelve al poder, ahora con más hambre, con más deseos para él y sus acólitos. Tan pronto volvió al Palacio, echó hacia atrás todas las medidas de Hipólito. Canceló a todos los perredeístas de la administración pública. Hasta los ascensos militares y policiales fueron echados hacia atrás. No metió preso a Hipólito Mejía porque, como dijo siempre, “ni robé, ni maté”.

Los 16 años siguientes fueron de robo y saqueo. Leonel y sus socios, incluyendo a Danilo Medina, a quien hizo presidente después de haber invertido más de 40 mil millones de pesos, distribuyendo 90 millones de raciones alimenticias durante la campaña electoral y utilizando el petróleo de su amigo Hugo Chávez, de Venezuela. (Esa revelación no la hice yo, la hizo el propio Leonel en Nueva York).