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El golpe de Estado que malogró el reinicio de la democracia ocurrido el 25 de agosto de 1963, a escasos siete meses del presidente Juan Bosch iniciar su mandato constitucional, fue un suceso lamentable, traumático y trágico, que culminó en otro episodio trascendente con la rebelión del 24 de abril de 1965 que depuso al gobierno corrupto del presidente Donald Reid Cabral.
El asesinato del doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, líder del Movimiento 14 de Junio, el 18 de diciembre de 1963 luego de rendirse a las tropas del Ejército en Las Manaclas, San José de las Matas, es un episodio trágico en la historia del siglo XX.
La guerra de abril de 1965 por el intento imposible de retornar al poder al presidente Bosch, es el episodio bélico más trascendente del siglo XX, que ocasionó la segunda intervención del imperio en nuestro país, desplazando un impresionante dispositivo militar, ordenada por el presidente Lyndon Baines Johnson, ocasionando menos de dos mil muertes, entre ellos, unos 200 soldados norteamericanos.
La muerte del coronel Rafael Fernández Domínguez, gestor estelar de restaurar la presidencia de Juan Bosch, por unidades de las tropas interventoras apostadas en el edificio de E. O. Garrido Puello en la calle Manuel María Castillo con avenida San Martín, cuando se disponía asaltar la Casa de Gobierno junto al doctor Juan Miguel Román Díaz, director militar del 1J4 y el mercenario italiano Ilio Capozzi, organizador del equipo élite Hombres Rana de la Marina de Guerra, el 19 de mayo de 1965, es otro episodio estelar del siglo XX.
La batalla campal del hotel Matum de Santiago de los Caballeros el 18 de diciembre de 1963, donde el Ejército fantoche dominicano apoyado por los EE.UU. intentó asesinar al coronel Francis Caamaño y sus compañeros de la Brigada Gregorio Luperón, luego de depositar una ofrenda floral al coronel Rafael Fernández Domínguez, donde pereció el coronel Juan María Lora Fernández, una imprudencia injustificable del coronel Caamaño, carente del menor raciocinio, impulsiva, conforme era su cosmos, que al final, por eso, le costó la vida.
La renuncia del coronel Caamaño a la presidencia de la República en la Fortaleza Ozama, el 3 de septiembre de 1965, es un episodio trascendente en la historia del siglo XX, y otro episodio lamentable su quijotada de irrumpir con un grupo guerrillero en Caracoles, bahía de Ocoa, el 12 de febrero de 1972, pereciendo fusilado en Nizaíto, fútil intento de derrocar al presidente Joaquín Balaguer, sin ninguna organización interna que pudiera respaldarlo, otro episodio trascendente del siglo XX.
Las elecciones del 1 de junio de 1966 que ganó con el respaldo del interventor yanqui el doctor Joaquín Balaguer, marca un episodio trascendente del siglo XX, porque inicia un gobierno que se prolongó por doce años (1966-1978) y luego por ocho más (1986-1994), caracterizado por el autoritarismo, ejecuciones a dirigentes de izquierda, sobre todo del MPD, exigidas por el presidente Richard Nixon al presidente Balaguer verbalmente por el embajador Hugh Crimmins, y forjador de una impresionante estructura de grandes obras, presas, carreteras, puentes, escuelas, sin endeudar al país, uno de los más notables aciertos del controversial estadista.
El ascenso al poder del presidente Antonio Guzmán el 16 de agosto de 1978 culminando en doce años de despotismo ilustrado estilo Luis XIV de Francia, despolitización de los cuarteles, eliminación de deportaciones y cárceles por motivos políticos, y el suicidio del presidente Guzmán en plena Casa de Gobierno, el 4 de julio de 1982 por un estampido lacerante que repercutirá por siempre en el alma y la historia nacional, son dos episodios trascendentes del siglo XX.
El encarcelamiento del presidente Salvador Jorge Blanco dispuesto por el presidente Balaguer en colaboración de un carnal suyo, acusando al exgobernante de intrascendentes piñas y vituallas revaluadas a los cuarteles, marca un hito por identificar al segundo gobernante preso, luego de José Antonio Salcedo (Pepillo), ejecutado por vesania deleznable del presidente Gaspar Polanco Borbón, en la etapa incandescente, saturada de odios y vendettas, post guerra restauradora.
Las desapariciones físicas del doctor José Francisco Peña Gómez el 11 de mayo de 1998, y los presidentes Juan Bosch (1 de noviembre de 2001) y Joaquín Balaguer (14 de julio de 2002), son tres acontecimientos estelares del siglo XX, porque marcan el final de los tres grandes y últimos líderes carismáticos de enorme trascendencia post Trujillo.
Son varios, conforme desgloso, no tres, los episodios que obligatoriamente tienen que incorporarse como trascendentes en el siglo XX dominicano, y que Euclides Gutiérrez, con mayor rigor y enjundia histórica que el suscrito, voyerista, investigador y relator de la historia, seguro describirá con mayor relieve que los intrascendentes 40 artículos tayotas que publicó reciente en El Nacional sobre el batey Berlanga de la Grenada Company.