Opinión

¡Escandaloso!

¡Escandaloso!

Susi Pola

El viernes de la semana recién pasada, la PN informó que tres niños habían muerto en hechos trágicos, ocurridos el día anterior, en San Francisco de Macorís, en Pantojas y Engombe. Adonis Díaz Medina, de 3 años, murió a causa de traumas en la cabecita y el abdomen, provocados por el concubino de su madre. A la niña Branyeli Nicol Javier, de 5 años, la caída de un columpio la mató y del bebé de un mes de nacido, Steven Solís, hijo de una menor de edad, investigan las causas de su muerte. En un día, tres vidas inconclusas desde su mismo comienzo.

Y las canciones infantiles, la cultura popular y religiosa, la política en campaña sigue exaltando la representación de familia nuclear, biparental, armónica, compuesta por hombres y mujeres que desarrollan roles claramente establecidos y que forman a sus integrantes para el éxito social. Una imagen que no nos ayuda a comprender nuestra realidad porque no la refleja.

Registrar las transformaciones del subsistema familia, en su estructura, tamaño, organización y otras características, es uno de los problemas de mayor complejidad para la Antropología, Sociología y la Demografía, dificultad trasmitida a quienes están en la administración del poder político, porque es abrir la Caja de Pandora de las relaciones, fuera del imaginario social creado y reciclado permanentemente por la cultura, para descubrir que hay nuevos problemas surgidos en relación con las familias, entre otros:
-La diversidad de uniones.

-La violencia basada en el género contra la mujer.
-El alto índice de separaciones y de desamores.
-El abandono de los hijos y las hijas.
-El abandono de las madres y de los padres por parte de los hijos e hijas.
-La situación económica de crisis.
-Los altos índices de embarazo en menores de edad.

Un buen número de la niñez dominicana, se cría en circunstancias de gran complejidad social y sobreviven con mucho trabajo y sufrimiento, sin que los contados programas gubernamentales, de escaso alcance, puedan abarcarla. El resto del país, vivimos sin emocionarnos y practicamos la indefensión ciudadana que nos aboca a la indiferencia.

¿Podríamos contar con quienes se candidatean para que, volviendo en sí, tomen en cuenta esta realidad y preparen programas factibles para encaminar presupuestos hacia la pobreza de la doliente niñez dominicana?.

La escandalosa suma de Mil 610 millones, 86 mil 923 pesos, entregada a los partidos políticos para el desenfreno de sus campañas, bien podría haber servido para una mejor calidad de vida de este pueblo.

El Nacional

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