Si cesa la voluntad por luchar, cesan los motivos para vivir
De tanto insistir en la misma lucha, a instancia de buscar soluciones a problemas que de una u otra manera nos conciernen, sin que aparezcan indicios de progresos en ese camino, la gente se cansa de lo mismo y entonces se inicia un silencio cómplice que solo significa la claudicación y la contemplación sumisa de los hechos.