Pekín. EFE.- Los fármacos para combatir el cáncer fabricados por una empresa chino-cubana de biotecnología han logrado romper el bloqueo a Cuba, ya que sus buenos resultados han propiciado que los medicamentos hayan sido aprobados en Estados Unidos. La FDA (Administración de Fármacos y Alimentos, el organismo regulador de Estados Unidos) aprueba estos productos, y eso a pesar del embargo, indicó a Efe en Pekín José Suárez Rivero, jefe de ingeniería de +, que ya comercializa en China uno de los fármacos creados con anticuerpos monoclonales.
Estados Unidos es uno de los países donde se efectúan ensayos clínicos de los productos -paso previo para su comercialización-, además de en más de un centenar de hospitales de Japón, Canadá, Alemania, la India, Malasia, Brasil y México.
Los resultados son francamente buenos, espectaculares, porque además de ayudar a combatir la enfermedad, carece de efectos adversos y mejora muy significativamente la calidad de vida del enfermo, explica Suárez.
Los fármacos se producen a partir de una línea celular y utilizan anticuerpos monoclonales, que reconocen las células epiteliales enfermas y las bloquea, según la jefa de calidad de la empresa, Niuvis Pérez, que procede del Centro de Inmunología Molecular del Polo Científico oeste de La Habana.
Los ensayos clínicos certifican su importancia, según Pérez, quien destacó que se han constatado remisiones completas en el cerebro de varios pacientes y que las reacciones adversas son mínimas, casi nulas».
La decisión de Cuba, que aporta la parte científica y tecnológica del proyecto, de asociarse a una empresa china es fruto de las buenas relaciones entre ambos países y de la enorme población china, entre la cual hay una elevada incidencia de cáncer de piel.
El gigante asiático, con más de 1.300 millones de habitantes, es el lugar ideal para experimentar los avances técnicos del proyecto, que incluye otros medicamentos en desarrollo contra la psoriasis, la artritis reumatoide y los rechazos en los trasplantes de órganos.
Nosotros ponemos la ciencia, la producción y la calidad y nuestros colegas chinos comercializan, administran y se encargan del marketing, detalla Eduardo Ojito, el responsable de la producción.
Según el director de Biotech, Xianhong Bai, muchas empresas chinas eligen socios extranjeros y Cuba es un país con una visión especial de la tecnología, y de la biotecnología en particular.
Hemos conseguido en ocho años lo que en otros países ha tardado 15, ratifica Ojito, al destacar el empeño del Estado cubano en el desarrollo de la biotecnología, un terreno prioritario en la investigación de la isla desde hace ya 20 años.
De hecho, la ciencia es la principal aportación cubana en sus intercambios con China, que en 2009 superarán los 2.000 millones de dólares, una cifra similar a la del año pasado.
Biotech, que cuenta con 215 empleados, de los que diez son cubanos, está instalada en el Área de Desarrollo Económico y Tecnológico de Pekín (BDA), un parque empresarial de casi 40 kilómetros cuadrados junto al centro de la capital china.
Con más de 2.300 empresas, 800 de ellas multinacionales, y 150.000 empleados, el BDA ha apostado fuerte por las empresas de biotecnología, además de las de tecnología de la comunicación, automóvil y equipamientos industriales.
El Nacional
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