Razones políticas y humanas no son las únicas que han de evaluarse en República Dominicana frente a la inestabilidad que ha colocado esa nación al borde del colapso.

Como segundo socio comercial Haití es un importante destino para la exportación de bienes y servicios de este país. Solo en los últimos siete años la vecina nación importó el 97.6 % de bienes desde esta parte de la isla.

De manera pues que los dominicanos deben redoblar su empeño para que los haitianos, que son tan buenos consumidores de los productores nacionales, encuentren el camino de la estabilidad y la seguridad.

Según Pro Dominicana entre 2015 y 2022, Haití ha comprado bienes dominicanos por más de 6,899.2 millones de dólares. Entre los productos están tejidos de algodón, cemento, harina de trigo, aceite de soya, galletas, dulces, cajas de papel o cartón corrugado.

En el intercambio hay muchas otras operaciones marginales, que no se contabilizan, pero que son de gran relevancia para el comercio interno.

Sobre la crisis social y política haitiana todos los esfuerzos deben estar dirigidos a favor de la estabilidad y la seguridad por razones tanto humanas como políticas y económicas.

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Pero otro detalle es que si los haitianos alcanzan la estabilidad y la seguridad en su país pues bajan los motivos para emigrar a este lado de la frontera. El caso de Haití hay que abordarlo con criterio racional y justo, como demanda el buen sentido.