No imaginaba que en pleno diciembre Granada estaría llena de rosas rojas (!las de junio!) y todas las flores de la primavera en Norteamérica. Empero, si me emocionaron las flores, fueron los naranjales cargados de frutos en todas las avenidas, y del amarillo de los naranjales el intenso olor, lo que colmó mi espíritu.
En el Albaycin, descubrí que no hay que ir a Turquía para encontrar las Mil y Una Noches.
Todo es exquisito, detrás del Arco de Elvira, desde las lamparitas hechas de miles de fragmentos de cristales de colores, hasta las cajitas y espejos. Si hay un pueblo que sabe lo que es la belleza es el árabe. La fuerza del detalle, lo exótico de la comida, lo insólito de la belleza de sus hombres y mujeres, nos asombran.
Ahora atravieso los inmensos campos de olivo, con sus fábricas de aceite y sus pueblecitos blancos con techos rojos e iglesitas, donde ya han colocado los árboles de Navidad y sus nacimientos.
Esto que ha sido una cita con la poeta Julia de Burgos, la continuación de su Centenario, que comenzó en Santo Domingo y Estados Unidos y ahora en la Universidad de Granada, ha sido también una cita con Federico García Lorca, por fin reinando en su tierra, donde ya le hicieron su escultura de bronce, como la de Lennon en La Habana. Ahí esta sentado, con su corbata de bolitas, el mas grande poeta granadino, quien dede que llegamos nos ha hecho sujeto de hermosos milagros cotidianos.
Desde el ático de nuestro hotel, se vislumbra la Alhambra y tanto Giovanna como yo hemos madrugado para verla resurgir de la oscuridad. Siento alegría por todos lados, pero es que España arde, pro primera vez, en esperanzas, con un movimiento que se llama PODEMOS,
formado por jóvenes socialistas. Están indignados con el saqueo de España, con la corrupción, con el desempleo, contra el desperdicio de vida juvenil y ya incendian el Parlamento Europeo con su imbatible retórica.
En el anden de una de unas estaciones, una señora pasea su perro. Se que no sabe que la he mirado y que ya habita la memoria de estos mágicos días. ¿Quien es? ¿Que hará? ¿Que ha hecho con su vida? son las puertas de un poema.
Granada huele a naranjos, florece por todas partes y pienso que a veces se lleva un siglo para que los poetas renazcan y se levanten. No por casualidad se cree que por fin han encontrado los restos de Federico. Para allá salir Giovanna, guiada por el poeta y su videncia de siglos.
Será polvo lo que encuentren, pero un polvo -de la vida- enamorado.