Para los haitianos y República Dominicana se trata de un gran respiro el restablecimiento de la protección temporal a los nacionales del vecino país residentes en Estados Unidos.
Se tejían las peores conjeturas sobre la repatriación de decenas de miles de haitianos a un país en llamas por los cuatro costados a causa de la inseguridad y la violencia sembradas por pandillas criminales.
La protección de estatus migratorio, conocida como TPS, se extenderá hasta el 26 de febrero de 2026 en virtud de una sentencia de un juez federal de Nueva York. El programa permite a los haitianos trabajar legalmente.
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Las remesas de esos haitianos ayudan a paliar las necesidades de parientes y relacionados residentes en la vecina nación.
La sentencia del juez Brian Cogan es una victoria de la sensatez frente a las intenciones de abolir el programa el 2 de septiembre próximo. La decisión, para el presidente Donald Trump, representa un trago amargo al no dejarlo hacer lo que se le antoje con los inmigrantes.
El golpe es más duro todavía si se recuerda que en plena campaña electoral el mandatario acusó a los haitianos de comerse las mascotas en localidades de la nación.