La muerte de un comerciante en Santiago, el asalto a una suplidora de guineos en La Zurza y las heridas causadas por delincuentes a dos jóvenes en El Seibo son malos indicios sobre la propagación de un brote de violencia.

La descripción sobre la muerte de Eulogio Ramírez Brito, de 44 años, ocurrida dentro de un negocio de su propiedad en el Hospedaje Yaque tiene características de un acto de sicariato. Uno de los participantes de dos que viajaban en un motor penetró al negocio, le hizo varios disparos y se marchó sin sustraer nada del establecimiento.

En el caso de La Zurza un hombre identificado como Miguel Montes fue herido de bala por dos sujetos que cargaron con más de 850 mil pesos en efectivo del establecimiento.

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Antes en El Seibo dos jóvenes habían sido heridos de bala durante un asalto. Los sucesos se concatenan con otros actos ocurridos estos días para configurar una atmósfera inquietante.

La propia Policía, además de ultimar a presuntos delincuentes en supuestos intercambios de disparos, ha pedido a otros que se entreguen a las autoridades. Los casos no son para generar pánico sobre violencia callejera, pero no dejan de llamar la atención.