Los primeros vestigios de carnaval o sus personajes en la Hispaniola (República Dominicana y Haití) datan desde poco antes de 1520; es decir en tiempos de la colonia, cuando de acuerdo algunos antropólogos aparecieron las primeras máscaras.
Las primeras manifestaciones de carnaval de la isla, y de América, se realizaron en lo que es hoy las Ruinas de la Vega Vieja, en febrero de 1520, en ocasión de una visita de don Fray Bartolomé de las Casas. Los habitantes de la Vega Vieja se disfrazaban de moros y cristianos y realizaban festejos que evolucionaron en las celebraciones actuales.
En 1795 ya había carnavales para las fiestas patronales, en honor a Santiago Apóstol, para Corpus Christi y para carnestolendas, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, cuyas manifestaciones provenían desde los días de la colonia española.
Esta tradición se incrementó luego de las luchas independentistas, teniendo gran significación las fechas de nuestra Independencia (27 de febrero de 1844) y de la Restauración (16 de agosto de 1865), de forma tal que los principales carnavales del país están asociados a estas fechas.
Existen algunos carnavales de origen más africanos y cuyas celebraciones generalmente no están relacionados ni con las carnestolendas ni con las fechas patrióticas. Estos carnavales son conocidos como «carnavales cimarrones» y el más conocido de ellos es el de Cabral, que se celebra en Semana Santa.
La República Dominicana se viste de Carnaval cada mes de febrero envuelto con las fiestas de independencia; aunque en los últimos años un sector de la Iglesia Católica se opone a que esta celebración del carnaval coincida con la cuaresma.
El Carnaval se ha convertido en parte de la identidad de los dominicanos. Con el inicio de Febrero llega la alegría y la fiesta en todo país, cada pueblo tiene la celebración del carnaval y en el mes de marzo la temporada termina con un majestuoso desfile en el Malecón de Santo Domingo, al que acuden las principales comparsas.
Los Diablos Cojuelos uno de los personajes más pintoresco que usa un colorido atuendo con espejitos, cascabeles y cintas, acompañado de una máscara con grandes cuernos. Además de los roba la gallina, calife, los indios (que se embarran de aceite de autos quedo), los lechones y muchos otros
Con el estribillo de Baile en la calle de noche, baile en la calle de día, de la autoría Luis Terror Díaz, se goza el carnaval de cada región.