Hora de la verdad
La campaña para las elecciones generales de este domingo 15 está a punto de concluir, se acerca la hora de la verdad para que ciudadanos investidos con la fuerza poderosa del voto y en ejercicio de soberanía popular escojan a cuatro mil 106 cargos por los próximos cuatro años.
Los últimos 90 días, período oficial de campaña, han sido de contaminación visual y sónica con propaganda apabullante, exhibición irritante de recursos y carencia total de propuestas creíbles y factibles, todo estimulado por la irresponsabilidad política para no tener ningún control legal.
Ha parecido competencia desabrida, deslucida y desmotivadora, además de evidenciar retroceso político con la práctica “de moda” del transfuguismo con hemorragia de mudanzas de militantes y dirigentes de una partido o agrupación hacia otro no importa hayan sido archirrivales, todo se vale.
De enseñanza este proceso comprobó que fueron salvadas las diferencias entre organizaciones políticas del sistema, que no se advierte carácter distintivo ni sello particular, como tampoco puede atribuírsele ideología que separe unas de otras. Todas son más de lo mismo.
En el plano positivo, la campaña formal cerrará sin balance de muertes vinculadas a actividades partidistas, si bien no debe olvidarse el fatídico fallecimiento del candidato a senador por San Cristóbal y pasado rector de la universidad pública, Mateo Aquino Febrillet.
Estos días finales deben servir para que el ciudadano que no participa en proselitismo arrastrado por clientelismo, se desintoxique y tenga paz interior para reflexionar sobre el presente y futuro, valorar candidatos y saber a quién favorecer con el voto capaz de dar, renovar o quitar el poder.
El ciudadano preocupado por el país, en esta hora de verdad, debe ejercer un sufragio maduro, consciente e inteligente, que mejore la democracia, despojado de influencias coyunturales y beneficios efímeros para después no lamentar haber botado su voto.