Semana

HUMOR CRIOLLO

HUMOR CRIOLLO

Apodos y frases burlonas 

Es harto conocido el terror imperante en la dictadura trujillista, que se puso de manifiesto con una presunta demente.

La señora tenía solo una pierna, por lo que la burla popular le aplicó el mote de rana bola, que le voceaba a su paso la gente.

Una mañana dominical un grupo de muchachos de mi barrio de San Miguel le gritó el sobrenombre a la mujer, la cual replicó de esta manera: dejen de estar diciendo que el generalísimo es pájaro, porque tengo entendido que le gustan mucho las mujeres.
No hay que tener dotes de adivinación para saber que los jóvenes emprendieron carreras veloces hacia sus respectivos hogares, con alteraciones de sus ritmos cardíacos.

Desde niño me ha sorprendido la tendencia de los seres humanos de hacer mofa de los defectos físicos de los demás, de lo cual no excluyen siquiera a sus parientes más cercanos.

Pero muchas veces estos burladores resultan burlados, o como en el caso de rana bola, escarmentados y asustados.

A un amigo con gran sentido del humor, que padecía de estrabismo, o sea, que era bizco, cuando un conocido hizo alusión a su mirada extraviada, le respondió: tengo la ventaja al ver doble, de contemplarle dos nalgas y dos tetas a tu mamá, que está muy buena.

La frase estaba justificada, porque la madre del ofensor era una mujer que andaba por los cuarenta años de edad, con curvas de su cuerpo equiparables a las de un pitcher ganador de Grandes Ligas.

El hijo de la agraciada cuarentona no reaccionó violentamente, debido a que el estrábico era de constitución física robusta, y de elevada estatura.
A un amigo que tenía dentadura saliente lo apodaron cocodrilo, y a una mujer que caminaba con un contoneo exagerado de sus posaderas, le encasquetaron el mote de nalga alegre.

Y a otra que quizás por atravesar una situación económica difícil no había podido reemplazar los dientes que le faltaban a su boca en la parte superior, le pegaron de sobrenombre boquita de santo.

Tengo una vieja amiga que en los años de la década del cincuenta estableció noviazgos con varios pilotos militares, por lo que era más conocida por el apelativo pista de aterrizaje que por su nombre de pila.

Recuerdo que cuando una mujer era conocida por su coquetería, o chiviriquismo, decía la gente que militaba en un partido político cuyo lema era: con todos, y para todos.

Para la gente excesivamente delgada fueron inventados numerosos motes, entre los que pueden citarse teclilla, instantánea, hueso namá, raquitismo.
Y a las de baja estatura las denominan muestra gratis, o les dicen de cuando, como una gracia, que sus cabezas les huelen a pies.

A las mujeres de una familia conocidas por su chivería las apellidaban burlonamente putinez, y a otras con iguales características las llamaban las fundillo loco.
Una pobre mujer que se involucró sentimentalmente con un caballero casado fue apodada la roba hombres.

Sin importar el sexo, aquellos que se posan en mesas de restaurantes sin ser invitados son conocidos como lambe tragos, peleros, o paracaídas.

A una dama respetable que no encontró marido, o sea que en lenguaje popular no hizo un levante amoroso, pero no se amargó, y mantuvo su buen humor, la apodaron la jamona conforme.

A una amiga de piernas muy delgadas la llamaban la garza, pero a otra de extremidades inferiores gruesas le pusieron de mote manito de pilón, que paradójicamente le agradaba.

A veces las burlas no se manifiestan en apodos, sino en frases de contenido humorístico.

Por ejemplo, de las mujeres de talle muy bajito, un amigo dice que se les escapara una ventosidad intestinal en un solar baldío, podrían desyerbarlo, y de las de glúteos elevados manifiesta que en igual percance, resultan desgreñadas.

Ese mismo enllave me dijo que una amiga común chivirica, si le gusta un hombre que le presentan, no le estrecha las manos, sino sus genitales.

De las personas avaras, tacañas, se dice que miran por encima de los espejuelos que usan, con la finalidad de ahorrar los cristales.

También que cuando en horas de la noche, y cae un aguacero torrencial, para ir de una habitación a otra y así ahorrar energía eléctrica, se alumbran con los relámpagos.
En fin, que el humor es algo propio del carácter dominicano.

El Nacional

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