El PLD está viviendo momentos críticos, que dan la medida, no sólo de las dificultades, sino de la degradación que sufre. Aunque algunos la ven con señales de perpetuidad infernal, en sí está en el purgatorio del que, en un momento dado, se puede salir. La sentencia condenatoria de un hermano del “líder y estratega impecable” ha aireado toda una gestión vulgar de intereses familiares y de amigos de íntima y sentida amistad; juicios que les conciernen por derribar los diques de la prudencia imponiendo la coacción y la arrogancia del poder.

Echando un vistazo a la rendición de cuentas del 27 de febrero de 2016, el Presidente pedía a los dominicanos “tener el coraje de desterrar a los fantasmas y reconocer, que en casi cuatro años que lleva en el Gobierno, ha logrado cerrar espacios a las malas acciones con medidas preventivas y saneadoras, lo que permite avanzar a la transparencia y el cumplimiento de la ley, más que en las últimas décadas“. ¡Adanista!, y risible, por no decir frustratorio. Todo un breviario personal cargado de proclamas, soflamas y recetas fracasadas, sólo puesta en el papel.

¡Cuántas impudicias y cuántos vínculos ruinosos!, ¡cuántas personalidades malogradas y cuántos hombres y mujeres sometidos, dóciles…tuvieron que acogerse a los dictámenes del poder, bajo una pretensa “afirmación de valores”. Indudablemente que este comportamiento de asalto al Estado no es único del peledeismo, pero no es óbice para enneblinarlo con el pretexto de la selectividad en la persecución.

La huella dejada, todo un equívoco del boschismo, solo se compara con el de la familia de aquel “dios vivo” de la “tiranía sin ejemplos”.

Si el Partido de la Liberación quiere futuro posible, deberá reflexionar y echar ese liderazgo huero solo dispuesto a traicionar, manipular y enriquecerse; es decir, separarse de esos pasados terribles. En mi opinión esta organización tiene la oportunidad de salvarse. “El éxito no es definitivo, ni el fracaso es fatídico”, y esto deben entenderlo si desean ser una alternativa solvente de oposición.