El drama del tránsito ha vuelto sobre el tapete tanto por las medidas del Intrant para agilizarlo y reducir la siniestralidad como por la presencia en intersecciones de los agentes de la Digesett. Además de la prohibición de los giros a la izquierda en diferentes avenidas de la ciudad (que los motoristas no respetan), el Intrant ha habilitado una línea telefónica para proporcionar atenciones legales y de salud a las víctimas de accidentes en cualquier punto del país.
Aunque exista el 911 para los casos de lesiones, la decisión representa un paso positivo. Lo que ha vuelto a criticarse es la presencia de los agentes de la Digesett en sustitución de semáforos en algunas intersecciones de la ciudad.
Amén de contrastar con el avance y en la inversión en tecnología los agentes no hacen más que empeorar el servicio del tránsito. Cada vez que hay un caos infernal, al margen de una emergencia, conductores y pasajeros lo relacionan con la intervención de los agentes, quienes para colmo brillan por su ausencia frente a los estacionamientos en áreas prohibidas o a las violaciones de los espacios.
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Por tratarse de la unidad operativa la labor de la Digesett es fundamental para garantizar el orden y la seguridad en el transporte. El Intrant hace un esfuerzo técnico para regular un tránsito desbordado, pero la evidente dicotomía de la Digesett obstaculiza al menos un sistema más ágil de transporte. Algún día la Digesett explicará la pertinencia de sus agentes en sustitución de los semáforos.