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La economía azul

La economía azul

José Antonio Torres

El concepto surgió de manos del economista belga Gunter Pauli, quien fue el primero en escribir sobre esta idea en 2009, en su libro titulado «La economía azul», que recoge un informe que hizo para el Club de Roma.
En él buscaba fomentar un modelo económico que tuviera como centro el respeto por el medio ambiente y explicaba 100 innovaciones que introducen formas sostenibles de producción o de aprovechamiento y que generaría más de 100 millones de puestos de trabajo.

Casi todos sabemos que el mar es el mayor ecosistema del mundo, cubre el 70% de la superficie terrestre y proporciona el 50% del oxígeno que respiramos.

Su existencia se ha dado por sentada y se ha mirado siempre al interior, hacia la tierra. Su conservación y protección tiene un largo camino por delante en ámbitos como la lucha contra destrucción del hábitat y el cambio climático.
Su importancia radica en el hecho de que industrias de todo el mundo dependen de los océanos y repercuten en ella haciendo que la economía oceánica mueva cada año entre 3 y 6 billones de dólares, según datos de las Naciones Unidas.

Ole Vestergaard, responsable de la Economía Azul Sostenible del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), dijo en una ocasión en una entrevista a BB Mundo: «Si calculamos la economía oceánica como una economía mundial, sería la séptima mayor economía del planeta».

La ONU estima que la pesca y la acuicultura aportan 100.000 millones de dólares al año y unos 260 millones de puestos de trabajo a la economía mundial.

Lo grave de todo esto es que el 70% de la población mundial vive al lado del mar y no lo aprovecha, ya que lo usa como simple basurero. Tal es el caso de República Dominicana, donde los plásticos y otros desechos solidos que llegan al mar caribe o el Atlántico a través de ríos y cañadas, nos tienen en un lugar privilegiado en la región, entre los que más contaminan.

Finalmente, en la economía azul enfocada en los océanos o en la que imita el funcionamiento de la naturaleza, el objetivo que es común: reducir el impacto negativo que las actividades humanas tienen sobre el planeta y adaptar nuestros hábitos de consumo a modelos más respetuosos con el medioambiente.