Contra todos los pronósticos y en un ambiente organizacional totalmente desfavorable, el Club Mauricio Báez vuelve hacer la hazaña de ganar tres campeonatos consecutivos, sin dejar de mencionar la proeza de haber logrado estar en las últimas nueve finales del Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional.
¿Cómo ha sido esto posible? Pareciera que los mismos dioses que guiaron a Ulises para derrotar al gigante Polifemo, también se apiadaron de los mauricianos para que lograran derrotar convincentemente a un equipo de San Carlos que lucía totalmente superior y en cual se invirtió casi ‘’el presupuesto nacional’’.
Yo sé las razones por las cuales ganó el Club Mauricio Báez y voy a señalar algunas para que los sempiternos antimauricianos se aprendan la lección.
El Mauricio Báez es el resultado de dolorosas jornadas de luchas en días aciagos de la vida nacional. Se ha forjado en el dolor, en la lucha y el peligro.
Cada pulgada de gloria ha sido conquistada con sacrificio. Gana por su eterna mística y porque sus jugadores son realmente mauricianos y sufren cada derrota con sinceridad absoluta.
El Club Mauricio Báez no dispone de recursos económicos para hacer posible poner en cancha una escuadra de tanta calidad, pues tiene además otras prioridades que requieren muchos recursos económicos relacionadas con la educación, salud, cultura y asistencia médica a cientos de ciudadanos que acuden a la entidad de distintos lugares.
La bondad de sus jugadores en la firma de sus contratos hace posible la participación de los mauricianos.
Todo el mérito para la barriada de Villa Juana que nunca abandonó su equipo y lo apoyó con fe espartana.
A su directiva, encabezada por su presidente, el inmortal del deporte, José -Boyón- Domínguez, a su gerente general, Amaury Heredia Guerra, su dirigente Melvyn López, orgullo de Villa Juana y fiel exponente de que los sueños se hacen realidad con el trabajo y la dedicación, César Heredia Guerra, director Ejecutivo de la Fundación Mauricio Báez y a su líder histórico, el también inmortal del deporte Leo Corporán.
Recientemente el Club Mauricio Báez festejó su 62 aniversario con un justo reconocimiento a los hermanos Miguel y Roberto Bonetti Guerra, es decir que ya trabaja con una tercera generación, que debe tener conciencia que el Mauricio lo ha logrado todo con sacrificio, dolor y lágrima, que ha sabido levantarse de grandes dolores humanos con la pérdida física de algunos de sus grandes dirigentes, pero conserva prendas morales y cívicas para orgullo de los que ya no están y para quienes siguen con la moral en alto la meta irrenunciable de forjar la sociedad que
Por: Ramón Rodríguez
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