HOUSTON, (EFE).- Las Finales de la NBA 2008/09 arrancarán mañana en Los Ángeles, donde los Magic, que dieron la sorpresa y rompieron los pronósticos ante los Cavaliers, visitarán a los Lakers de Kobe Bryant, que buscan el anillo tras caer el pasado año ante los Celtics de Boston.
La eliminación de los Cavaliers de Cleveland, con la súper estrella LeBron James al frente, por parte de los Magic, frustró el gran sueño de la NBA de ver en las Finales el duelo entre «King» James y el escolta Kobe Bryant, la figura de los Lakers.
Eso no será posible porque los Magic superaron con su juego de equipo a los Cavaliers (4-2) y ahora la gran figura del equipo, campeón de la Conferencia Este, recae sobre el pívot «Superman» Dwight Howard, que buscará ante Bryant su consagración de estrella a nivel nacional e internacional.
Howard, de 23 años, todavía no tiene la proyección mediática que posee James y de ahí que ante los Lakers se va a encontrar con la gran oportunidad de su vida, si al final le puede ganar el duelo a los hombres altos de los Lakers, y también contrarrestar la aportación individual que haga Bryant.
Como es lógico, no habrá un duelo directo de uno contra uno entre Howard y Bryant en la estrategia que presenten Stan Van Gundy y Phil Jackson, los respectivos entrenadores de los Magic y Lakers, pero su aportación individual podrá ser al final decisiva.
Howard ha demostrado que a pesar de su juventud ya es el jugador alto más dominante que hay en la NBA y que llegó a Orlando para ocupar el puesto que dejó vacante en su momento otro pívot legendario como Shaquille O’Neal, con quien precisamente llegaron los Magic a su primeras Finales de la NBA, en 1995.
Luego O’Neal, tras ser barrido su equipo (4-0) por los Rockets de Houston, salió de Orlando para ver cumplido su gran sueño de estar con los Lakers y junto a Bryant y Jackson ganar tres títulos de liga.
Howard ya ha dicho que no seguirá el camino de O’Neal y pase lo que pase en las Finales su compromiso con los Magic y la ciudad de Orlando es completo, siempre que los aficionados deseen, de verdad, que siga todo el tiempo dentro de la organización.