Madrid, (EFE).- Lorenzo Lamas estuvo ayer en Madrid para presentar el lanzamiento en DVD de la mítica serie de televisión «Falcon Crest», en la que daba vida a Lance Cumson, el nieto de la pérfida Angela Channing, y no dudó en confesar que le gustaría hacer una película para televisión con los mismos personajes. Personajes como Melissa Agretti, a la que daba vida Ana Alicia; Chase Gioberti, encarnado en Robert Foxworth; Maggie Gioberti, en Susan Sullivan; Richard Channing, en David Selby, y Ángela Channing a la que inmortalizó la desaparecida Jane Wyman. Pero Lorenzo Lamas, a sus 51 años, lleva bastante tiempo sin que le ofrezcan un papel para el cine o la televisión, por «la sencilla razón de que la industria siempre ha estado enfocada a los más jóvenes», por lo que este coleccionista de Harley Davidson, prepara el lanzamiento de una serie de motos diseñada por él, con ropa y joyas a juego, que se llamará «Lorenzo Lamas Cycles». También ultima con su hija mayor Shyme, «un reality sobre la relación entre ella y su hermana pequeña», que se llamará «La vida Lamas» y que se emitirá en junio en la televisión Entertaiment Channel de Estados Unidos. Aunque vestido de típico motero, con pelo largo, una gran anillo en forma de ancla y un moreno californiano muy curtido, Lorenzo Lamas es un padrazo que comenta -en broma y en referencia a un anunció de colchones que rodó en España en los años 80 en pleno éxito de «Falcon Crest»- que ser «el rey de las camas es una arma de doble filo, porque el resultado de todo eso han sido seis hijos y varios matrimonios».
«Los rodajes de Falcon Crest eran tranquilos, teníamos mucho tiempo para aprender el guión, sólo rodábamos dos o tres días a la semana, y eso me permitía hacer mis gamberradas con las motos y tener mucho tiempo para casarme varias veces seguidas», volvía a bromear. «Falcon Crest» cuenta las vicisitudes, intrigas y peripecias de dos familias californianas entregadas a la viticultura -los Channing, que viven en una gran mansión, llamada «Falcon Crest», y los Gioberti- en su pugna por controlar los viñedos y las bodegas del ficticio Valle de Tuscany. La serie, de la que Warner publica en España la primera temporada de las nueve que se llegaron a rodar, era un dispendio de lujo, intriga, sexo…»puro entretenimiento», asegura Lamas, quien cree que en el «mundo actual en el que vivimos, lleno de amenazas, crímenes y enfermedades, una serie como ésta tendría su sitio, porque nos permitiría olvidarnos de todos esos problemas».