Ser madres es una gran responsabilidad, no solo de dar vida, sino de formar con los parámetros correctos, seres humanos que aporten a la sociedad y con los que nos sintamos satisfechos y tranquilos.
A estos retos que deben trabajarse cada día, con cuidado, educando en ejemplos y con mucha entrega, se suman ahora los factores de angustia e inseguridad generados por una pandemia que despierta el sentimiento de querer mantener los hijos arropados con un manto mágico que les impida infectarse. Pero no es posible, la vida sigue y viene una nueva normalidad.
Carmen Virginia Rodríguez, terapeuta familiar del Grupo Profesional Psicológicamente, aporta a esta problemática que “no hemos bien logrado establecer en muchos casos un balance saludable con el tema de la maternidad y otras responsabilidades en estos tiempos, cuando se suma un estresor más: el COVID-19”.
Afirma que la pandemia ha llegado a la vida de todos a nivel mundial, y nos ha impactado, pero es un tema del que muchos ya están cansados de que se hable, y tienen razón, porque muchas cosas ya las sabemos y ahora viene el gran reto.
En ese sentido detalla que se trata de tener respuestas a las siguientes interrogantes: ¿cómo madre, como voy a asumir esta nueva forma de vida, donde lo que manda y hacia donde nos dirigimos es hacia una normalización de la crisis? ¿Cómo voy a manejar todo lo que ya tenía y ahora voy a sumarle la bio-seguridad a mi vida?
“Es la respuesta que debemos buscar cada uno, sin querer ir en contra de lo que tenemos que hacer, y sin que esto nos llene de ansiedades y miedos no sanos, pero entendiendo que negar o no cuidarnos, no es la solución”, explica.
La profesional de la conducta agrega que la pandemia está, los contagios se dan, sin embargo, la vida va a seguir. La pregunta es: ¿cómo quiero yo que siga, tanto para mí, como para mi familia y los que me rodean?
Lo importante es –dijo- identificar dónde estoy como madre y cuáles son mis reales retos en este rol.
Rodríguez concluye que para estas respuestas y acompañamientos existen espacios terapéuticos que están en la disposición y capacidad de ofrecer apoyo y la asistencia necesaria.