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Los libros y el Minerd

Los libros y el Minerd

Chiqui Vicioso

Decía Máximo Gómez que los dominicanos “o no llegan o se pasan” y eso se aplica con exactitud al Ministerio de Educación, donde precisamente los libros han sido la razón para la destitución de dos ministros que se han “pasado” en su visión de lo que debería ser el “progreso estudiantil”.

En barrios y campos los apagones son el pan nuestro de cada día y la electricidad es una demanda constante, pero en esta media isla de apagones el Ministerio de Educación insiste en que la educación sea “digital”.

En las escuelas del interior los baños no tienen agua y el papel higiénico no se conoce. La paredes necesitan retoques de pintura y ni hablar del mobiliario, no hay jardines, ni huertos, y campea la esterilidad, pero el Ministerio de Educación insiste en que cada niño y niña debe tener una “laptop” o computadora, aunque sea un analfabeta funcional, aunque no sepa leer en voz alta, pronunciar bien las palabras, escribir sin faltas de ortografía, comprender lo que lee, hacer un resumen o síntesis de la lectura de dos libros.

En casi todas las escuelas las bibliotecas son inexistentes, o dan ganas de llorar. Estanterías con dos, tres, cinco libros, generalmente de autores pésimos, que se mueren de hastío porque nadie le ha enseñado al estudiantado la importancia de leer, ni ha convertido esa visita en una tarea de la clase, ni el profesorado ha conformado clubes de lectura, con cinco niños cada uno, que tenga que reportar sobre lo leído. Para qué sirven los Clubes de lectura? Para fomentar el intercambio entre los niños, la cooperación, en vez de la competencia, la discusión inteligente, la elaboración de síntesis conjuntas, la presentación en clase de lo leído, con responsabilidades asignadas para cada miembro.

Cuando yo iba a escuela primaria mi madre me ponía a leer en voz alta todas la noches, así, decía, se mejoraba la dicción, se aprendía a distinguir una oración de un párrafo, a poner atención a los argumentos centrales, a identificar los personajes principales de lo leído, pero aquí, el Ministerio está empeñado en eliminar los libros físicos, que aprendemos a subrayar, comentar, con notas al margen, coleccionar y a conservar como tesoros particulares. Es decir, no hemos llegado y ya nos pasamos.

Y mientras en Europa hay un renacimiento de las bibliotecas y librerías porque la gente se hartó de leer en “PDF”, lo cual es fatal para la vista y no contribuye al pensamiento crítico, aquí un grupo de avivatos le vende al MINERD la idea de una biblioteca de PDFS con la cual ganarse unos cientos de millones de pesos, y al ministro lo cancelan, pero a esas “editoras” no las cierran, o descalifican de por vida..

Decía Jose Saramago, Premio Nobel de literatura, que el libro nunca desaparecerá porque es imposible ver en una página de internet la huella de una lágrima”.