Los desalentadores resultados de las evaluaciones internacionales del sistema de aprendizaje en las escuelas colocan a las autoridades ante una realidad insoslayable: algo no anda bien.

Todos saben que el talón de Aquiles es el maestro, que es donde está la escuela. Para más los estudiantes de los centros públicos disponen de manera gratuita de materiales, equipos, transporte en muchos lugares y otras herramientas.

Pero con todas las facilidades el rendimiento sigue por debajo del promedio en la región, no obstante la mejoría alcanzada en los últimos tiempos.

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Tras el fracasado pacto educativo para garantizar la docencia y elevar la calidad de la enseñanza ahora una comisión de expertos, coordinada por una figura tan prestante como Radhamés Mejía, consensuó una reforma de la Ley General de Educación 66-97.

La propuesta, entregada al ministro Ángel Hernández, puede marcar un importante primer paso para avanzar en la necesaria mejoría del sistema de enseñanza.

La comisión se tomó 18 meses para llegar a los acuerdos en los que la conflictiva ADP realizó, según Mejía, valiosos aportes. El estudio representa una auspiciosa señal.