De la misma manera que se aplaudió la decisión del gobierno dominicano de reabrir la frontera al comercio con Haití, aun sea de forma limitada, se elogia la disposición de autoridades haitianas de levantar la veda que mantenía al paso de comerciantes y consumidores al mercado binacional de Dajabón.

El retorno al sendero del diálogo es camino de doble vía que aun cuando se transite paso a paso, los caminantes deben encontrarse en un punto equidistante y asumir el compromiso de arribar a la resolución del conflicto.

Haití abrió su compuerta fronteriza para que decenas de sus nacionales cruzaran ayer a Dajabón a retirar mercancías ofertadas por comerciantes dominicanos, lo que representa un primer paso hacia una difícil jornada dialogante promovida por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Lo sensato sería que ese mercado binacional, el más grande de la zona fronteriza se celebre hoy a su mayor nivel en señal de mutua voluntad de retornar al diálogo y dejar atrás el estadio de confrontación. Pase lo que pase hoy, el gesto de ayer ayuda a despejar escombros hacia un acuerdo conveniente.

Desde el lado haitiano se promueve la falsa creencia de que los productos que se adquieren en República Dominicana pueden ser sustituidos con importaciones desde otras naciones, como también aquí se propaga la errónea idea de que se puede colocar en otros mercados la oferta exportable dirigida hacia Haití.

Además de perder la ventaja de tener un mercado cercano y seguro, con precios adecuados a la economía haitiana, los consumidores de ese país tendrían que pagar el costo adicional de seguro y flete en las mercancías importadas por vía aérea o marítima.

Puedes leer: Sensatez

En el caso dominicano, debería advertirse que los nichos de mercados no se consiguen de la noche a la mañana, menos aun sin garantía precisa de poder suplir calidad, cantidad y entrega a tiempo, requisitos que no se requieren en el en el mercado fronterizo.

Para recorrer un camino de cinco mil kilómetros se requiere mudar un primer paso, que fue lo que hizo ayer el gobierno haitiano al abrir su frontera al comercio binacional de Dajabón, en lo que debe ser irrenunciable compromiso de no retroceder en esa gran marcha dialogante.