Más secuelas de la agresión de Rusia a Ucrania cobran más intensidad con el creciente incremento de los precios del trigo y del petróleo en los mercados internacionales.
Con el propósito de frenar o tornar menos dramática el alza del crudo, que en las últimas horas se cotizó a más de 110 dólares el barril, Estados Unidos ha liberado una primera partida de 30 millones de barriles.
Por los efectos en la producción y la cadena de distribución el aumento de precio es devastador para la inmensa mayoría de los países que dependen del hidrocarburo para impulsar su economía.
El trigo, con el que se elabora la harina y una caterva de alimentos, ha registrado su precio más alto desde 2008.
Rusia y Ucrania producen alrededor del 25% de la demanda mundial de trigo. Todavía avancen las negociaciones para poner fin a la invasión de Rusia no se prevé un desplome inmediato de precios del petróleo ni del trigo.
Con el incremento es obvio que la inflación golpeará con más rigor en todos los países. No hay que abundar sobre el desajuste en las economías que derivará de las ambiciones imperiales de Rusia al invadir a su vecina Ucrania.
