Santo Domingo.- Miguel Cruz, confeso asesinó del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, tenía planificado escapar del país luego de matar al funcionario, según consta la medida de coerción depositada este miércoles por el Ministerio Público ante la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional.
Al ejecutar el crimen, Miguel Cruz se escondió en la Parroquia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, desde dónde llamó por teléfono a su hija para pedirle que fuera por él.
Con esta acción, el asesino de Jorge Mera intentó salir del país y así escapar de las autoridades para evitar enfrentar las consecuencias penales por el crimen del funcionario.
Además, el documento señala que en ningún memento el imputado pretendía entregarse a las autoridades como se ha publicado en algunos medios, sino, que más bien, buscaba la amanera de escapar.
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Igualmente, el expediente de solicitud de medida de coerción indica que el asesino del ministro y dirigente del PRM al verse acorralado sin ninguna posibilidad de huir de las autoridades policiales, decidió irse hasta la iglesia para desde allí, negociar su entrega.
Una vez estando escondido dentro de la parroquia, el imputado, le habría confesado al párroco José Arismendy Leonel Helena lo ocurrido, luego, al llegar al lugar, el coronel de la Policía, Nelson Miguel Martínez Mercedes, encargado de la Dirección Central de Investigación, acompañado del director de la uniformada, Eduardo Alberto Then, junto a la directora de Persecución del Ministerio Público, Yeni Berenice Reinoso, a quienes el religioso les reveló sobre la tragedia cometida por Miguel Cruz.
El documento, además señala que inmediatamente las autoridades recibieron el informe del párroco, los oficiales y la represente del Ministerio Público, procedieron hacer el levantamiento del arma homicida con la cual el imputado habría realizado el crimen.
El arma de fuego que utilizó Miguel Cruz para matar a Jorge Mera fue un Taurus, calibre 380 con la serie KXL 44043, y se encontraba escondida envuelta en una chaqueta azul oscuro propiedad del imputado.