Editorial Opinión

Operación Discovery

Operación Discovery

Discovery

El Ministerio Público ha puesto en marcha la Operación Discovery, una gran ofensiva contra el cibercrimen internacional para desmantelar una red transnacional que desde República Dominicana habría estafado a cientos de ciudadanos en Estados Unidos mediante extorsión sexual, económica y robo de identidad.

Se trata de una gran ofensiva en tipos de persecución penal que no se refieren a crímenes de corrupción administrativa ni a narcotráfico, como han sido las investigaciones “Antipulpo”, “Medusa” y “Coral”, todas las cuales involucran a exfuncionarios, suplidores del Estado y legisladores.

En la Operación Discovery, cuya investigación se prolongó durante meses, participaron 45 fiscales, 105 técnicos y 321 agentes policiales, los cuales realizaron decenas de allanamientos y apresamientos en Santiago, Puerto Plata y La Vega.
No deja de ser una novedad que la población, acostumbrada a seguir en la prensa y en los tribunales estrambóticos casos de corrupción y narcotráfico, se interese ahora en crímenes cibernéticos o de última generación, que como las otras infracciones desembocan en lavado de dinero.

Como era lógico, en la investigación y posterior desmantelamiento de esa red cibercriminal participó el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, además de las procuradurías Especializada de Activo y Financiamiento del Terrorismo y Contra Crímenes y Delitos de Alta Tecnología.

Con base en Santiago y Puerto Plata, la red transnacional perpetraba una variada gama de ciberdelitos contra ciudadanos en Estados Unidos, en tanto que utilizaba las criptomonedas y el sistema financiero para movilizar los capitales en dólares y pesos obtenidos en esas actividades criminales.

Por lo complejo de ese expediente, el Ministerio Publico tendrá que emplearse a fondo para sustentar las acusaciones contra los implicados, porque esta vez los cuerpos de delito serían principalmente equipos sofisticados y programas de computadoras.

Puede decirse que con la Operación Discovery, la Procuraduría General y sus procuradores adjuntos se estrenan en el tipo de persecución penal de crímenes y delitos característicos de la “Aldea Global” y del mundo tecnológico y digital. Un gran salto hacia adelante.

El Nacional

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