Un comentario de la apreciada profesora Teresa Espaillat me motiva a detenerme en unos detalles curiosos, pero derivados de las normas que rigen la escritura de los apellidos. Inquiría ella sobre los apellidos compuestos, los cuales generalmente se unen por un guion y que la gente común siempre le verá una intención que quizá no motivó al creador del nuevo apellido.
La unión con guion de los apellidos compuestos no obedece necesariamente a una vanidad ni a una conducta propia de los dominicanos, se justifica para indicar que van unidos y así se respete al usuario agregar su apellido materno o de casada: Mejía-Ricart Guzmán; García-Godoy Cáceres Prats-Ramírez de Pérez.
La normativa ortográfica admite el uso del guion también cuando los apellidos pueden funcionar como nombres (Francisco, Ramón, Ricardo,Felipe, Rosario, Antonio, José, Altagracia, Mauricio, Armando, Amparo y hasta María). Aconsejable es que se escriba, por ejemplo,: Julio Ramón-Acosta, Joaquín Ricardo-García, Rafael Felipe-Núñez.
Si alguien se llamara, p. ej, Ramón Antonio Francisco, y Antonio fuera su primer apellido, conviene que coloque guion entre Antonio y Francisco.
Pero si Antonio fuera nombre, esa persona debe usar guion para unir sus nombres (Ramón-Antonio). Los franceses, he observado, usan mucho el guion entre nombres (Jean-Marc, Jean-Louis ) y creo que es por este fenómeno.
Las mujeres cuyo primer apellido es Rosa, Rosario, Amparo, María, entre otros, tienen derecho, desde el punto de vista de la ortografía, a unir el primer apellido con el segundo mediante guion para evitar confusión.
A la inversa, algunas mujeres llevan el nombre José o Jesús combinado con un nombre femenino, generalmente María. En María José Pérez no es fácil advertir si José es nombre o apellido. Un guion colocado según la función de la palabra, resolvería eso.
Otra situación se da con el uso de la conjunción y entre apellidos, a lo que algunos le perciben también intención pedante. Sin embargo, se justifica cuando el primer apellido puede fungir además como nombre. P. ej: Teresa Rosario y Martínez. La y se usó más en el pasado, pero no ha caducado. Conviene bien entre un apellido compuesto y el apellido materno de la persona.
Como en los casos de Mejía-Ricart y Guzmán. En España se conocen bien los casos de: Mariano José de Larra y Sánchez de Castro; Ramón Pérez de Ayala y Fernández del Portal; Santiago Ramón y Cajal.
La Ortografía de la lengua española precisa que: si el apellido compuesto está formado por apellidos simples unidos por conectores (del, de la, etc.), se mantiene la escritura separada de sus componentes, y puede utilizarse la conjunción y para indicar la frontera entre el primer apellido y el segundo: Ramón Gómez de la Serna y Puig, Álvaro Pombo y García de los Ríos. ( pàg. 631).
Hasta aquí por hoy, gracias, a Teresa por el temas.
