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Periodismo y la IA

Periodismo y la IA

José Antonio Torres

En este artículo voy a narrar un hecho reciente que involucra a un prominente comunicador inglés al que nombraremos con las iniciales DM, que son las iniciales de su primer nombre y primer apellido.

Según dice, tras graduarse con honores en ciencias de la comunicación social, logró un puesto como redactor publicitario en un pequeño departamento de mercadeo de una empresa importante de su país.

Sus tareas incluían escribir comunicados de prensa, publicaciones en redes sociales y otros contenidos para los clientes de la empresa.

Pero luego, a fines del año pasado, 2022, su firma introdujo un sistema de Inteligencia Artificial (IA).
“En ese momento, la idea era trabajar junto con redactores publicitarios humanos para ayudar a acelerar los procesos, esencialmente a agilizar las cosas un poco más”, reveló.

Al cabo de un mes, lo que un redactor humano tardaba entre 60 y 90 minutos en escribir, la máquina (IA) podía hacerlo en 10 minutos o menos.

Alrededor de cuatro meses después de que se introdujera la IA, el equipo de cuatro personas que trabajamos en el área de mercadeo fuimos despedidos. La máquina los reemplazó.

“Me reí ante la posibilidad de que una máquina pudiera reemplazar a los escritores o de que fuera a afectar a mi trabajo, hasta que lo hizo”, dijo.

Este hecho nos indica que carreras ligadas al pensamiento humano, serían de las más fáciles de sustituir por la inteligencia artificial, porque generalmente este tipo de oficio se convierte en rutina que un programa de computadora puede imitar con facilidad.

Y aunque no son perfectos, estos sistemas están entrenados para bucear en el océano de datos disponibles en Internet, una cantidad de información imposible de digerir incluso para un equipo de humanos.

Recuerden que con el respaldo de Microsoft, ChatGPT puede dar respuestas similares a las humanas a todo tipo de preguntas y también, en minutos, generar ensayos, discursos e incluso recetas.

Mientras otros gigantes tecnológicos también presentaron sus propios sistemas: Google lanzó Bard en marzo. De modo que los que vivimos del oficio de escribir y tenemos barbas, debemos ponerlas en remojo.