UBI RIVAS
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el de más luenga permanencia en el tinglado político dominicano, fundado en 1939 en la Villa de El Cano, próxima a La Habana, Cuba, se encamina derechito a una séptima derrota electoral, con una sequía de 16 años domando el banco de la espera, si sus tres principales dirigentes no desechan sus ambiciones y rivalidades y concertan un candidato único a la presidencia de la República para los comicios del 20 de mayo del 2016.
El teorema es fácil y se contrae a que el ingeniero Miguel Varga, presidente del PRD, el doctor Luis Abinader, presidente del PRM y el agrónomo y ex presidente Hipólito Mejía contraten una o dos firmas de sondeos creíbles, y conforme a los resultados, el más aceptado debiera ser el candidato presidencial y el segundo más votado vicepresidente y el tercero aceptar. Sencillo. No hay de otra.
Un sondeo publicado en La Información del 23 de enero del 2015 realizado por el Centro Económico del Cibao (CEC) revela que Luis Abinader, a quien más de un comunicador no conoce personalmente, diferente a los otros dos del PRD, dispone de un 47.9% en la aceptación de los encuestados, contra un 28.2% Hipólito Mejía, en un escenario cibaeño donde se presume Hipólito es más conocido que todos los aspirantes del PRD juntos.
Ese sondeo revela que en el Cibao el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el poder desde hace 15 años, tres períodos de cuatro años de Leonel Fernández más tres años de Danilo Medina, dispuso del 44.1% de aceptación, el Partido Revolucionar Mayoritario 17.9%, el PRD 8.8% y el Partido Revolucionario Social Cristiano 2.3%.
Revela ese sondeo que Luis Abinader dispone de un 57.6% de probabilidad de ganar la consulta interna del PRM contra un 41.6% Hipólito Mejía, señales, aunque no definitivas, para tomar en cuenta.
El 14 de enero del 2015 HOY insertó una larga entrevista a Miguel Vargas producida por Llennis Jiménez, donde el más alto jerarca del PRD precisa que la tarea de su partido es ganar la presidencia de la República y elevar la matrícula congresual.
Esa es la premisa, la liebre a capturar, la estrategia es como y desde cuando, porque el tiempo abrevia y se hace lo tarde.
El 19 de enero del 2015 Miguel Vargas pronosticó el triunfo del PRD en los comicios de 2016, “junto a aliados y todos los sectores de la sociedad que aspiran a un cambio de rumbo del país”. Correcto. En eso estamos muchos de los que no somos alineados partidistas. El asunto, reitero, es como y desde cuando.
Se percibe, casi se toca, un hastío en la sociedad dominicana del PLD, y flota en el ambiente, casi materializado, un anhelo de cambio de personajes y de conducción social que modere el frenesí del peligroso endeudamiento externo, la haitianización que socava la soberanía nacional, los índices de crímenes y auge del narcotráfico, los casos escandalosos de corrupción denunciados de Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa y el reciente bochorno de DICAN donde oficiales que custodiaban drogas están acusados de traficarlas, y el permisivismo del PRD para que todos hagan lo que les da la gana vulnerando leyes de drogas, tránsito vehícular, porte y uso de armas de fuego y ruidos de desaprensivos en colmadotes y discolays rodantes por las calles, corrupción administrativa y su referente más bochornoso en la Cancillería. Es lo que el historiador, politólogo y ex militar José Miguel Soto Jiménez califica correcto como anomia.
Prueba de esa percepción de anhelos de cambios en el destino de la sociedad dominicana la externó el l5-0l.l5 el flamante presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), Rafael Blanco Canto, al decantarse en visita al PRD presidido por Miguel Vargas, con un “Ojalá que el PRD logre reunificarse”, cuando lo usual es que los empresarios cuando inician su gestión en el CONEP es mostrar una reseña de la economía, no un señalamiento político, que no pasó por inadvertido como una seña o señal subliminal, de que hay motivos que no sosiegan a los empresarios hoy,
Final, el 23 de enero del 2015 en su residencia, Hatuey Decamps, que preside una liliputiense parcela política denominada Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), propició un encuentro conciliador entre Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Luis Abinader como una fórmula de superar la sequía de poder de 16 años del PRD, propuesta que está en veremos, porque ningún toro admite que lo sujeten por los cachos de la ambición personal, y así, Leonel Fernández se encamina derechito a su cuarta presidencia, que un sondeo de El Nacional del 22 de enero del 2015 le endosa un 56% de que será el candidato del PLD y el suscrito le asignó desde hace tiempo un 53% que ganará las elecciones con un PRD desunido.