Con sus 20 años de edad, Yuleydi Féliz Jiménez se encuentra atrapada en un cuerpo de una anciana de al menos cien años, y padece de todos los achaques propios de una mujer de esa edad. Ya no camina y prácticamente no tiene visión, sus manos están deformadas por la artritis y casi no puede valerse por si misma.
Esta mujer es el primero de dos casos registrado en República Dominicana de una rara enfermedad llamada progeria.
La progeria es una rara afección que se destaca porque los síntomas se asemejan bastante al envejecimiento humano normal, pero ocurre en niños que envejecen a un ritmo de ocho años por cado uno de vida.
Como no puedo ver, escuché la película del curioso caso de Benjamín Button, y creo que se parece a mi situación, ya que cada día me siento mejor física y mentalmente. Mi apariencia va recobrando la juventud y mi vista, siento que regresa, según Yuleydi Jiménez.
Nació en el hospital de Pedernales, el 3 de marzo de 1992. Padece todas las características del síndrome de Hutchinson-Gilford (HGPS), como también se le llama a esta enfermedad. No ha perdido el pelo, y no tiene parecido con las otras niñas, como es común en estos casos. Lamentablemente perdió el sentido de la vista, a los cinco años de edad, una característica no común en este mal.
Jiménez vive con sus padres, Ondina Jiménez y Eugenio Feliz, en Pedernales, su ciudad natal.
Tiene tres hermanos: Eugendy, de 28 años; Yortendy, de 25, y Dagner, de 18, y no presentan dificultades físicas ni padecen de problemas genéticos.
Hizo un quinto grado, pero dejó la escuela porque las limitaciones de sus manos y sus ojos no le permitieron seguir.
Desde hace siete años recibe atenciones médicas en la Clínica y fundación del doctor Félix Antonio Cruz Jiminián.
Cuando ella tenía seis meses le di una proteína y me le dio una alergia, fiebre y se me puso mala. La llevé al hospital de Barahona y me la refirieron a la Angelita y después de ahí, la llevé a la Plaza de la Salud y aunque le hicieron estudios nunca supe qué tenía, ya que nunca me dijeron nada concreto, señaló Ondina Jiménez.
Aunque posteriormente los médicos le aseguraron que su problema era un síndrome genético y no propio de la proteína que había ingerido, no fue si no hasta que la atendió el doctor Cruz Jiminian, quien le informa del síndrome que le afecta y le habla por vez primera de la progeria.
A pesar de nacer aparentemente saludables, los niños con este mal comienzan a desarrollar muchas características de envejecimiento prematuro a una edad promedio de uno a dos años; también suelen morir entre los 8 y 21 años, aunque las estadísticas apuntan que su promedio de vida es de 13 años.
La característica de este síndrome incluye deficiencia de crecimiento, pérdida de grasa corporal y de cabello, piel de aspecto octogenario, rigidez de coyunturas, dislocación de caderas, arteriosclerosis generalizada, enfermedades cardiovasculares e infartos.
Yuleidy pide a la vicepresidenta, Margarita Cedeño de Fernández, que le ayude para poder viajar al hospital de Boston donde se trata esta enfermedad.
El curioso caso de Benjamín Button, al que se refiere Yuleidy en la entrada de este trabajo, es una película basada en el relato de Scott Fitzgerald, que cuenta la historia de Benjamin Button, un hombre que nace con el cuerpo de una persona de 80 años y que con el transcurso del tiempo va rejuveneciendo.
Tratamiento
Hace un año científicos de la Universidad de Durham, Inglaterra, afirmaron que lograron revertir algunos de los efectos que causan esta degeneración en el organismo de quienes sufren progeria con la ayuda de un fármaco llamado acetilcisteía-n.
Un apunte
Perfil
Ontlametse Phalatse, nacida en Hebrón, sur de África, en el 2000 es la primera niña negra que padece de progeria. Ontlametse y su madre viajaron a los Estados Unidos, participan en una investigación y tratamiento financiado por la fundación en Boston que trata este mal.

