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Próxima crisis económica podría ser devastadora

Próxima crisis económica podría ser devastadora

No importa cuántas crisis económicas golpeen el mundo, los ricos no se vuelven pobres, sólo se reducen sus ganancias. Y en cuanto a los pobres, objetivamente hablando, no se hacen más pobres, pues no pueden ir más abajo del fondo en el que actualmente están.

¿Puede, por ejemplo, el colapso de la Bolsa de Valores de Nueva York tener algún impacto significativo en esos millones de personas que mueren cada cinco segundos aproximadamente en el mundo? NO. El injusto orden económico mundial que hemos creado sí.

Las cosas, en cambio, toman otro matiz cuando se habla de la clase media. Durante la crisis financiera de 2007-2008 en Grecia, por ejemplo, muchas personas pasaron de profesionales de la clase media a mendigos profesionales de la calle.

Hay muchos ejemplos similares, y por eso, la gente que pertenece a ese sector social y económico se estremece de preocupación al pensar que sus posibilidades de pasar a la clase alta se derriten con cada crisis económica tan rápidamente como lo hace un helado en verano.

El paso de rico a pobre ha dejado de ser una mera idea para convertirse en una posibilidad real, como un virus en estado latente.

Pero, ¿cuáles son esas dos razones que pueden causar tantos estragos en la clase media si nos visita una nueva crisis económica mundial en estos momentos?

Primero: falta de tiempo entre una crisis y otra para poder absorber los negativos efectos económicos que se producen. Entre las que se podrían considerar las más devastadoras crisis económicas que el mundo ha tenido, la Gran Depresión (1929-1939), el golpe de los precios del petróleo de la OPEC (1973) y la crisis financiera de los bancos y el mercado hipotecario (2007-2008), hay un punto en común que las une: pasaron décadas entre una crisis y otra, tiempo suficiente para aguantar los golpes y salir del cuadrilátero sin ser noqueados.

Hoy, sin embargo, tenemos muchísimas personas que todavía están pagando deudas y préstamos bancarios como resultado de la crisis del 2007-2008 y otras tantas que, aunque ya salieron a flote, se han embarcado en nuevos negocios por medios de nuevos préstamos aprovechando la “dudosa estabilidad económica mundial” de la actualidad.

Si una nueva crisis económica estalla en los próximos tres o cuatro años, como muchos expertos han previsto, la clase media no estará suficientemente preparada para ese momento.

Segundo: falta de ahorros y medios financieros disponibles. Durante más de una década, en España, por ejemplo, muchas familias pudieron sortear la crisis económica del 2007-2008 gracias a las pensiones de los “queridos abuelos” y los ahorros de los padres.

Diez años después, no sólo en España, sino en muchos otros países del mundo, el escenario es completamente diferente: los abuelos probablemente ya han muerto, los padres no tienen grandes ahorros y los jóvenes ni siquiera han desarrollado ese hábito, sino por el contrario, prefieren usar el dinero para cambiar su iPhone cada seis meses o algo así en vez de tratar de ahorrar aun cuando sea mínimamente. Lo que les depara el futuro no necesita ser visto en una bola de cristal.

Las crisis y problemas nos hacen fuertes y sabios, pero sólo si estamos bien preparados para enfrentarlos.

La próxima crisis económica mundial podría ser la peor entre todas las que el mundo ha presenciado en estos tiempos modernos. ¿Cuándo? Es algo difícil de predecir, y por tanto, lo mejor que podemos hacer es prepararnos, blindarnos contra sus golpes y evitar decisiones económicas de alto riesgo.

Parece, sin embargo, que la gente está jugando con fuego al no pensar seriamente sobre esa inminente crisis. En consecuencia, podría encontrar a muchos en la misma posición que Fantine (Anne Hathaway) estaba en Los Misérables (2012) cuando cantaba “Yo sueño un sueño” y decía: “…Pero los tigres vienen de noche.”
El autor es periodista

El Nacional

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