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Pugna RD-Haití

Pugna RD-Haití

Hugo Ysalguez

El conflicto generado por Haití con el desvío de las aguas del río Masacre, en perjuicio de la República Dominicana, sigue generando diversas opiniones, pues la canalización del afluente es una grosera violación a un tratado binacional del año 1929, cuya transgresión es defendida por la diminuta y agonizante autoridad del primer ministro de Haití, Ariel Henry, un declarado socio de las pandillas armadas que auspician el descabello proyecto criminales pandillas.

Y en torno a la situación conflictiva, un aumento de grupos Patriotas Dominicanos siguen a pie juntillas, el panorama que ya trascendió en organismos internacionales. Una carta del ingeniero Francisco Osorio, empieza de esta manera. Siempre se ha dicho que República Dominicana y Haití son dos alas de un mismo pájaro, no obstante ser dos naciones totalmente diferentes, con más características diferentes que puntos de coincidencias.

Sin que necesariamente seamos pesimistas, podemos advertir que, por las diferencias culturales, políticas y religiosas de ambas naciones, nunca, nunca, nunca podrán volar como alas de un mismo pájaro.
Los haitianos son intransigentes y tozudos, y ahora con un falso espíritu nacionalista han puesto al gobierno dominicano en una disyuntiva, en un dilema donde el gobierno dominicano sale perdiendo, sea cual sea la decisión que tome.

El desvío del río Dajabón para construir un canal de regadío del lado de Haiti, es una provocación que pone a prueba a la diplomacia dominicana, considerando que si se abre la frontera, lo cual según el gobierno dominicano no sucedería hasta tanto detuvieran la construcción del canal, eso sería una derrota para el gobierno, y si por otro lado se endurecen más las medidas contra los haitianos, el mundo nos vería como que despreciamos a Haiti.

Al margen de las consideraciones de aspectos humanitarios, independientemente de los perversos propósitos de algunos organismos internacionales que maquinan en contra de República Dominicana, y por encima de cualquier otra justificación para fastidiar nuestro país, el gobierno dominicano debe defender nuestra soberanía y nuestra independencia como país libre.

Como tendremos a los haitianos como vecinos por los siglos de los siglos, los gobiernos de estos tiempos deben demarcar, delinear y delimitar nuestro territorio con firmeza y determinación, para así evitar situaciones de confrontaciones que podrían suceder dentro de treinta, cincuenta o cien años, o hasta quizás después.