Propósitos para 2015
Al margen de objetivos nacionales como propósitos de gobierno y haber declarado 2015 de la atención integral a la primera infancia, el año trae de fábrica y tiene por defecto importantes retos para las autoridades en procura de una sociedad justa e institucional.
Del período concluido quedan remanentes claves en seguridad ciudadana, políticas anti delincuencia, persecución real y sanción efectiva de corrupción, prevención de accidentes viales como causa de muertes, disminución de óbitos neonatales y precariedades en salud pública.
En el ámbito económico son todavía materias reprobadas el déficit cuasi fiscal del Banco Central, el galopante endeudamiento externo con pesado lastre del “servicio de la deuda”, el subsidio multimillonario y dolarizado del sector eléctrico y la mafia supranacional que manipula el mercado energético.
Estos aspectos, con énfasis los citados en segundo párrafo, pueden ser encasillados como deuda social acumulada por gobiernos, pero no son excusa por cuanto en el sector educativo, que también arrastra dificultades ancestrales, hay cambios basados en voluntad política e inversión de recursos.
Dos componentes atraviesan transversalmente estos asuntos y se constituyen en retos fundamentales para la sociedad este 2015; son la ética, como conjunto de valores que normen actuaciones del servidor público, y la sanción o castigo, como coerción para estimular el correcto proceder.
La sociedad está hastiada de la corrupción en múltiples manifestaciones, de la permisividad de autoridades, de “paños tibios” y reiterados casos de omisiones gubernamentales ante violaciones pecaminosas diluidas en catarsis mediáticas por ausencia o ignorancia de consecuencias sancionadoras.
El reto debe ser luchar cada día contra la impunidad, el crimen sin castigo no importa tipo, contra Estado o particulares, para enfrentar con efectividad a delincuentes de cuello blanco.
De seguir igual a 2014, el sistema no sirve.