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¿Quién entiende las impresoras?

¿Quién entiende las impresoras?

Pocos equipos de oficina resultan tan frustrantes como una impresora: cuando no es que se les atasca un papel, entonces es que se rehúsan a imprimir, aun cuando está todo configurado correctamente.

No es coincidencia que haya rutinas de comedia basadas en los dolores de cabeza que dan las impresoras, las cuales deciden fallar justo en el momento en que más necesitamos de su colaboración.

Es un misterio el por qué pasa esto, de la misma forma que no se explica por qué cuando llevamos más prisa es que Windows decide atacarnos con una de sus insufribles actualizaciones.

Parecería que las impresoras y las computadoras se llevan puntos en el nivel de irritación y frustración que nos pueden causar, pero hay algo donde las impresoras les podrían llevar la delantera a sus inseparables compañeras de escritorio: el nivel de necedad con los consumibles.

El negocio de las impresoras no es tanto comprar el aparato como tal, sino hacer la consabida inversión en consumibles si queremos disfrutar de sus beneficios.

Para nadie es secreto que, proporcionalmente hablando, la tinta tiene los juegos pesados, y esto en algún momento dio pie a toda una industria de rellenado de cartuchos y otras alternativas más económicas que parecían aliviar la situación.

Para sorpresa de nadie, esto no fue del agrado de fabricantes de impresoras y tintas originales para esas impresoras, y fue así como empezó toda una moda de “consumibles originales” que garantizan, entre otras cosas, calidad de impresión y desempeño óptimo del equipo.

¿Verdad o mentira? Recientemente, Canon se vio obligada a autorizar el uso de consumibles de terceros en vista de una escasez que afectó sus suministros. Podría ser entonces que esto de los consumibles “originales” sea más maña que necesidad.

En lo que se determina el caso, una cosa es segura: hay trabas en torno a los consumibles que muchas veces terminan poniendo al usuario en aprietos, aun utilizando tintas originales, certificadas y autorizadas por el fabricante.

¿Es justo esto? A veces se compra la tinta online porque en tiendas locales no aparece, pero hay que tener cuidado, pues aun comprando la numeración correspondiente al equipo no hay garantía de que sea compatible por cuestiones regionales que el usuario desconoce.

Ocurre también que se acaba uno de los cartuchos de la impresora, y esta se niega a imprimir trabajos porque requiere de todos sus cartuchos -con tinta- para realizar su trabajo. Esto tampoco es justo.

Quizás lo peor de todo esto es que, en la mayoría de los casos,conseguir ayuda oficial se torna muy difícil.