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Quintaesencia: Estados dominicanos

Quintaesencia: Estados dominicanos

Rafael Ciprián

La nación dominicana, en su devenir histórico, se ha dado múltiples tipos de Estados, como expresión de su organización político-jurídica. Y esto viene sucediendo desde el 6 de noviembre del 1844.

 En efecto, en esa fecha fue que se aprobó, en la villa de San Cristóbal, nuestra primera Constitución. Fue conservadora, por su funesto artículo 210. Ese fue el Pacto Político que instituyó el primer Estado dominicano.

 Ciertamente, el Estado, en su concepción moderna es fundado por una Constitución, como ley suprema del país. Representa las posiciones, intereses y aspiraciones de los factores reales de poder que interactúan en la sociedad. Y monopoliza la violencia organizada del país.

 De conformidad con el gran jurista alemán Ferdinand Lasalle, si la Constitución no consagra los intereses de los factores reales de poder, entonces se convierte en “un simple pedazo de papel”.

 Los factores reales de poder en una sociedad lo conforman los partidos políticos, las iglesias, los militares, los obreros, los campesinos, los estudiantes, los profesionales, los chiriperos, los desempleados, etc.

El primer tipo de Estado que tuvimos fue el hatero-oligárquico. Esto así porque fue impuesto a la sociedad por la fuerza social, económica, militar y política de los hateros.

 Los hateros eran un sector social eminentemente atrasado y rural. Surgieron, entre otras causas, de la abolición de la esclavitud en nuestro territorio.

 Fueron los haitianos quienes se llevaron la gloria de abolir la esclavitud. Primera en el 1801 y, definitivamente, en 1822.

 Por tanto, los dueños de esclavos pasaron a ser dueños de hatos o extensiones de tierras no urbanas. En ellas tenían ganado de crianza libre y campesinos que las trabajaban.

 El líder de los hateros era el general Pedro Santana. Fue el primer presidente que tuvimos. Tuvo el derecho a dos períodos consecutivos de gobierno, y a tomar todas las medidas militares necesarias, sin responsabilidad alguna.  Ese Estado hatero-oligárquico duró diez años. La segunda Ley Sustantiva, de febrero de 1854, lo abolió. Pero retornó con la tercera Carta Magna, de diciembre del mismo año. Esta fue más dictatorial que la primera.

 Luego, inauguramos el Estado liberal, con las constituciones de febrero de 1854, la de Moca de 1858, la de Juan Bosch de 1963 y la de Balaguer de 1966. Esta es la de mayor duración.  El Estado liberal, que es el de la burguesía, se caracterizó por su brevedad e inestabilidad.

 Y el Estado Social y Democrático de Derecho, que pretende ser popular y más garantista que los Estados anteriores, surge con la Constitución de Leonel Fernández, el 26 de enero de 2010, conforme a su artículo 7. Se mantuvo con la reforma de Danilo Medina del 2015. Está vigente. Pero es más formal que real.