Leonel Fernández
Principal víctima
La reacción del expresidente Leonel Fernández sobre la suspensión de las labores proselitistas que dispuso la Junta Central Electoral (JCE) era más que previsible. La decisión, que rompe con una vieja tradición del proselitismo extemporáneo, a quien más afecta es a Fernández, quien además de promoverse con vallas, en las últimas dos semanas ha encabezado movilizaciones populares y reuniones con dirigentes medios del partido oficialista.
Habida cuenta de que los otros precandidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) apenas se han sentido, para Fernández la prohibición es un golpe al mentón.
A pesar de la protesta, no acogerse a la resolución, amparada en el párrafo IV del artículo 212 de la Ley Electoral, es un riesgo. Contempla sanciones de 6 meses a dos años de prisión y multas entre dos mil y cinco mil pesos. En tanto unos la han aplaudido como necesaria para reglamentar el proceso electoral, otros, sobre todo del litoral del exmandatario Fernández, han criticado la medida desde los puntos de vista jurídico y político.
Sin embargo, no han de perderse de vista las reiteradas advertencias de la JCE de que con o sin ley de partidos trabaja para garantizar unos comicios transparentes. Además de que estaba decidida a cumplir con sus responsabilidades. Pero es obvio que por las reacciones de Fernández y sus seguidores el papel de la JCE será observado más de cerca.