No solo se ha descartado la reforma de la Policía como respuesta a la seguridad ciudadana, sino que sobre la comisión de trabajo, que ya aprobó la ruta crítica del proceso, llueven las críticas. Como si se tratara de una reforma cosmética o al estilo Gatopardo, y no estructural, en el primer encuentro participaron hasta consultores en imagen del Gobierno.
La comisión podría tomarse hasta un año para presentar sus recomendaciones al presidente Luis Abinader, pero mientras tanto una nota dice que “los expertos comunicadores sociales que forman parte del grupo de trabajo serán quienes se encargarán de la estrategia de comunicación que utilizarán para mantener a la población informada de los avances hacia la citada transformación policial”.
Como abundan las reservas y no existen mayores expectativas los comisionados deben no solo analizar las razones por las cuales han fracasado varias iniciativas sobre la reforma de la Policía, sino consultar a oficiales, extitulares del cuerpo y hasta a gente de la calle sobre la labor de los agentes.
No se trata de imponerle a la sociedad una camisa de fuerza, sino de que la Policía se gane con sus acciones la confianza y el respeto de la ciudadanía.