La sensatez se impuso al suspender la huelga de 72 horas que había convocado para demandar del Gobierno negociaciones que incluyen aumento salarial. Que las autoridades reiniciaran el diálogo, siempre fructífero, no le quita indolencia al paro que dejó sin efecto el Colegio Médico Dominicano.
No importa que alegue o en realidad sea inocente de las acusaciones formuladas por su expareja. A los ídolos no solo se les reclama, sino que deben dar siempre buenos ejemplos.
No solo la violencia dificulta la estabilidad de la nación. También las diferencias para combatir la inseguridad y transitar por el mismo sendero entre los miembros del Consejo Presidencial de Transición. La comunidad internacional ha visto con mucha inquietud su ojeriza con la elección de Leslie Voltaire como titular del órgano.
Volvió a recurrir a la desinformación para crear malestar en las relaciones con República Dominicana. Su afirmación de que se han reducido las repatriaciones de haitianos indocumentados, que califica de discriminatorias y racistas, encontró un contundente rechazo. Sin duda un invento con malas intenciones.
Se hubiera evitado el revuelo si desde el primer momento explica el carácter voluntario de la ordenanza para que se exija a los empleados públicos los recibos de pago de la luz y el agua. El daño está hecho y el escándalo que propició debe servirle de lección. Y no es que sea criticable exigir cumplir con el pago de los servicios.
No ha perdonado a su otrora camarada Lula da Silva, de Brasil, que objeta su ingreso al grupo BRICS por el evidente fraude en que incurrió para permanecer en el poder en Venezuela. No desperdicia la menor ocasión para inventarse ridículas acusaciones solo por el hecho de que se le reclamen las actas de las elecciones que dice ganó.
Al no probar el atentado que denunció se inclinó por solicitar la renuncia de todos los funcionarios del Gobierno. Los bolivianos no juzgan mal su gestión, pero su confrontación contra el presidente Luis Arce, su antiguo compañero de partido, lo han hundido en el descrédito. Y todo porque le han prohibido ser candidato.
Con la destitución de la canciller Diana Mondino porque votó a favor de eliminar el embargo a Cuba incurrió en un exceso incalificable. Es inconcebible que la diplomática violara alguna instrucción al votar contra un bloqueo injustificado, que el propio Estados Unidos en algún momento ha tratado de flexibilizar.
Llamar basura a los seguidores de Donald Trump es un exceso incalificable. Ante el desbordamiento de la campaña electoral en él como gobernante se impone, más que nadie, la prudencia y la ecuanimidad. Tan mal cayó el calificativo usado contra estadounidenses que la candidata demócrata Kamala Harris se desmarcó.
En lugar de dar el frente a la justicia, que ha impartido orden de captura en su contra para interrogarlo por supuesto abuso sexual, se ha declarado en franca rebeldía y en víctima. Puede que sea cierto, pero plantea sus dudas su denuncia de que desconocidos tirotearon su vehículo y que hirieron a su chofer.
No se trató de un chiste de mal gusto la afirmación del comediante Tony Hinchcliffe de que Puerto Rico es “una isla flotante de basura”, sino del sentir suyo sobre la colonia caribeña. Por las reacciones su equipo de campaña se ha disculpado se sabe que el magnate no tiene el mejor concepto sobre la isla y sus habitantes.
Su detención por supuesta corrupción torna más candente y compleja la crisis que ha afectado al olimpismo. Su federación es una de las cuatro suspendidas por el COD por la comisión de supuestas irregularidades. Pero es también de las que ha adversado la gestión del presidente Garibaldy Bautista.
El conflicto que todavía se arrastra con cuatro federaciones han colocado, además, un sello de sectarismo a su traumática gestión. Si la imagen del COD no es peor ha sido por las medallas olímpicas.
Con la cumbre que acaba de celebrar de los Brics en su país se evidenció más que, salvo Lula da Silva y algún otro gobernante, el grupo constituye un club de dictadores. Le ha abierto las puertas al venezolano Nicolás Maduro. Por sus violaciones algunos de los gobernantes tienen órdenes internacionales de captura.
La incapacidad de Estados Unidos para conseguir que Israel detenga las matanzas en Gaza y Hamás resulta inaceptable. Está demostrado que con palabras y amenazas no va a lograr un alto al fuego en la región. Si en verdad desea que Netanyahu detenga los ataques militares solo hay que cortarle el suministro de armas.
Hay quienes consideran un exceso los 7 años de prisión y la indemnización de 2 millones de pesos para cada uno de los querellantes, pero la sentencia es un aviso para quienes usurpan funciones o ejercen profesiones sin el aval correspondiente. Sobre ella no puede caer todo el peso de quienes violan las normas establecidas.
La muerte de una reclusa en la cárcel de Nagua por supuestos problemas de salud vuelve a llamar la atención sobre el sistema penitenciario. El caso de Gerdi Elaine Nolasco Sarita se agrega a varios sucesos que cuestionan la gestión de las penitenciarías. Las sospechas que generan muertes como la de Nolasco Sarita son para aclararse.
Su caso es otro mensaje para quienes ejercen el poder. Pasó de erigirse como campeón de la guerra contra las drogas en México a ser condenado por un tribunal de Nueva York a 38 años de prisión y dos millones de multa por narcotráfico, colaboración con crimen organizado y falso testimonio. El caso suyo es un espejo para los políticos.
A pesar de la masacre en la franja de Gaza, que ha costado la vida a más de 30 mil personas, en su inmensa mayoría civiles indefensos, proclama que la guerra apenas comienza. Sobre la muerte de Yahya Sinwar, sindicado como líder de Hamás, dijo sin el menor remordimiento que no es el final, sino el comienzo del final.
La veracidad que puedan tener sus argumentos para eliminar el financiamiento a la educación se pierde con los innecesarios insultos contra las universidades. Basta con demostrar que los resultados no se corresponden con la inversión al vetar la ley que garantizaba una mayor financiación a las universidades públicas.
Aunque aparente no inmutarse, complica su seguridad y las relaciones internacionales que la ONU lo haya acusado de crímenes de lesa humanidad por la represión desatada tras la farsa electoral en su país. Si por las órdenes de detenciones antes tenía que pisar fino para evitar su captura, ahora tendrá que hacerlo más.
