ESTO PIENSO, ESTO CREO

Todo aquello que no implique la soberanía, es negociable

Todo aquello que no implique la soberanía, es negociable

Rafael R. Ramírez Ferreira

Por Rafael R. Ramírez Ferreira |
rafaelelpiloto1@hotmail.com

Con o sin cinismo alguno, tenemos leyes y “leyas” dependiendo si son elaboradas por héroes o “heruas”, concebidas a partir de burdas copias de leyes extranjeras que, en su oportunidad, siquiera para esos lares han dado buen resultado pero que, para justificar que todos, todas y “todes” en realidad “trabajan”, estos “genios” o “cerebritos”, “atigueriados” en las lides políticas, contratan a especialistas en divagar o teorizar -y claro, con el dinero del erario-, que se encargan de producir a diestra y siniestra todo tipo de “cosas” que les pueda producir cierto protagonismo patriótico y que les da por llamar leyes.

Lo mejor de esto es que al poco tiempo se convierten en obsoletas o absurdas -lo que primero ocurra-, ya sea por su inobservancia o sus ambigüedades, comenzando por la propia Constitución, donde los remiendos que se le han hecho, su confección y aprobación, han estado plagadas de favoritismos transitorios que, al paso de los años, son pagados por el pueblo con dolor y abusos, por parte de una claque política claramente identificable.

Pero, ninguno de estos políticos, de vieja y nueva escuela, han pensado en el momento donde el pueblo se radicalice y comience a cuestionar, muy seriamente, la política clientelista, inmoral y abusiva con la que han mantenido sometido a este pueblo y, será ese momento cuando las máscaras caigan, dejando al desnudo todas las bellaquerías que han hecho, supuestamente, o, tomando como pretexto, el buen nombre de este pueblo. A todo esto, estamos conscientes de que el látigo no dé para castigarlos a todos, pero, a muchos les llegará y la historia corrobora esto.

Y es que, definitivamente, estos señores, siquiera intentan camuflar sus desvaríos morales o éticos, pese a las innúmeras veces que se les ha pedido rendir cuentas y, mucho menos, menguar en algún grado sus ambiciones personales, lo que incluye aquello de buscar establecer una especie de monarquía familiar, donde todo esto nos da a entender, que sus discursos nunca han llegado a ser un argumento, sino, más bien, una indelicada excusa en busca de obtener determinada credibilidad por parte del pueblo en general.

Avergüenza, por no decir asquea, el discurso o la posición adoptada por una serie de políticos, solo en busca de principalía mediática en medio de una campaña política, es decir, que el grave problema de inmigración y seguridad nacional que está enfrentando la Nación en estos momentos, ellos la politizan partidariamente y, lo peor del caso, que da la sensación, de que el mismo, en su esencia, no les importa un bledo, si es que vemos como banalizan este tema.

Parecen, aun y no lo sean, unos desubicados por falta de información que quizás manejan las autoridades, lo cual puede llevar la política por los senderos del caos, del desastre y la desorientación del pueblo en general.

Por eso se debe considerar, como en otros países desarrollados, mantener por parte de las autoridades, a los expresidentes informados de la inteligencia con que cuenta para tomar determinadas decisiones, a fin de que todos empujen la carreta en la misma dirección ante los peligrosos baches que está presentando el país con relación a su seguridad presente y futura.

Podrían argumentarse infinidad de excusas políticas y difundirlas profusamente, pero, para no unirse a esta causa que supuestamente nos debe de comprometer a todos, todas serian inconsistentes ante los intereses nacionales. Debiendo tener en cuenta que, no solo es por la construcción del famoso canal, sino, porque este no es más que la manifestación caótica de un país sin gobierno y sin autoridades que hagan prevalecer el imperio de las leyes, lo que significa, algo parecido a estar encerrado con personas infectadas de las peores enfermedades que hoy día acosan a la humanidad.

A esos que han tomado el rábano por las hojas, es importante recordarles que, la violencia desatada en el Oeste y, la caída de su clase política no es algo que esté contenida en ese territorio, sino, que, cual torrente de lava, también puede arrastrarnos a nosotros todos, todas e inclusive a “todes”. ¡Sí señor!

El Nacional

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