Al ser tan simple, son obvias las interrogantes sobre el tráfico de haitianos por la frontera que según el Ministerio Público operaba una red integrada por civiles y militares.
Es inconcebible la impunidad con que la supuesta red desmantelada por las autoridades trasladaba los indocumentados a través de la frontera a territorio dominicano.
Sin que más nadie se percatara ni llamara la atención los haitianos eran recogidos en el río Masacre, en Copey, Montecristi, y, tras cruzar por una finca propiedad de un ciudadano identificado como “Goyito”, transportados en motocicletas a pensiones.
En el expediente el Ministerio Público dice que Rafael Zabala Peña, miembro del Ejército, controlaba el trasiego por los predios de Goyito. Extraña que con el blindaje que se ha anunciado y los equipos con que cuentan los militares en la frontera el trasiego pudiera realizarse en las propias narices de las autoridades.
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Llamó incluso mucho la atención de que vehículos cargados de indocumentados pudieran cruzar por ocho puestos militares sin despertar ningún tipo de sospecha.
Aunque entre los 15 detenidos hay cinco militares cuesta aceptar la facilidad con que la supuesta banda realizaba sus operaciones. Las muchas interrogantes al respecto sugieren la posibilidad de que en la operación estén involucrados civiles y militares de más jerarquía que los detenidos.