El Gobierno está decidido a implementar el transporte colectivo como alternativa al pandemonio del tránsito. La apuesta es viable, pero insuficiente en sí misma.
El director del Instituto Nacional y Transporte Terrestre (Intrant), Hugo Beras, está consciente de que es así al cuestionar el desorden y la inseguridad que prevalecen en las calles.
Si esa masificación o colectivización del transporte no se acompaña de una fiscalización estricta de las leyes de tránsito es seguro que los resultados no serán lo esperado.
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Gran parte del caos que caracteriza el tránsito se debe a las violaciones en que incurren conductores y a la falta de aplicación de las leyes. Pero también al obsoleto sistema de concho que al parecer se teme eliminar de una vez y por siempre. Para colmo ahora está la plaga de los motoristas.
El director del Intrant no debe perder de vista cada uno de esos problemas.