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Un triste comienzo

Un triste comienzo

Susi Pola

La primera noticia de violencia de género contra mujeres fue el 1 de enero con Yuberky Martínez Acevedo, de 30 años, encontrada moribunda en su casa tras recibir una brutal paliza de parte de su expareja, Máximo Peralta Batista, de 52 años, con el cual convivía hacía 3 meses.

Como sucede generalmente ya sucedido el caso, sus familiares refieren la “relación tóxica” de la joven con el agresor -22 años mayor y con 5 años de cárcel cumplidos por agresión a estocadas a otra mujer- que la golpeaba constantemente, haciéndola vivir un “verdadero infierno”.
No pudieron hacer nada: “era intocable”.

El día 2 de enero de madrugada, Vladimir Heredia, cabo de la Policía Nacional, mató en Mao y a balazos a su pareja, Nolvery Domedy Vanderhorst, entregándose después a las autoridades, un primer feminicidio de 2024, con poca información, como todos los que son cometidos por PN.

Emblemático que la primera muerta por ser mujer en 2024 en el país lo sea por un policía, cifras que hay que investigar porque los agresores con acceso a armas de reglamento pertenecientes a organismos represivos tienen altos índices de ejercicio de conductas violentas y machistas, muchas veces encubiertas por la misma institución que los investiga.

El día 3 de enero, fue apresado en La Vega, Noroldo Arquímedes Santos Hurtado, de 45 años, por ultimar a Fátima Dilenia López Rosario, de 43 años, cuyo cadáver con señales de asfixia mecánica, fue encontrado en la vivienda del acusado, declarándose culpable por haberla matado “en medio de un pleito”.

Y a pesar de que no fue “entre marido y mujer”, ya que no se estableció vínculo tal entre él y ella, se trata del segundo feminicidio del año comenzado.

Además, Wander Franco, jugador de Grandes Ligas, imputado por violación sexual, entre otros crímenes, y explotación sexual junto a Martha Vanessa Chevalier, madre de la menor de 14 años que le denuncia, enriquece el tema del abuso y cosificación a niñas y adolescentes como patrón tradicional de conducta por la familia y de la sexualidad violenta de los adultos.

Y de toda esta desgracia, queda como triste colofón, el consejo público de un abogado al pelotero para que “se case con la menor” y así, “borrar” el terrible crimen del que la niña misma se confiesa víctima.
Una figura que ya no existe en la ley y que sirvió tradicionalmente a pederastas violadores adultos, como el pelotero, para evadir a la justicia.

¡Miren como seguimos en lo mismo!