El estado de ingobernabilidad e insostenibilidad que afecta la Cámara de Cuentas es un reflejo de la grave situación de corrupción y la impunidad a la que ha sido sometido el país en las últimas décadas, y la figura del presidente de ese órgano solo es de nombre, ya que no tiene autoridad para tomar las más mínimas medidas, como nombrar ni desvincular personal, afirmó Participación Ciudadana.
Ante la deplorable situación por la que atraviesa el órgano fiscalizador del Estado, el movimiento cívico espera que el Congreso Nacional se aboque a una revisión de la ley para hacer ese órgano más operativo y gobernable.
“La situación de la Cámara de Cuentas no es casual, es un reflejo de la grave situación de corrupción e impunidad a que el país ha sido sometido en las últimas décadas, donde la corrupción creció y se adueñó del Estado.
“Es evidente que se necesita introducir cambios en la forma en que son elegidos, pero sobre todo en las políticas que ponen en práctica los congresistas a la hora de seleccionar los miembros de este organismo”, abogó.
La entidad cree que el país necesita asegurarse de que las personas que sean designadas en esas posiciones, además de las capacidades profesionales y personales, tengan como único propósito: servicio a la nación, sin intereses partidarios o sectoriales, solo apegados a la ética y decididos a cumplir la noble misión constitucional.
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“Participación ciudadana expresa por este medio su preocupación por la situación que está viviendo la Cámara de Cuentas, uno de los organismos más importantes en el control de los recursos públicos y en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Tenemos conocimiento de esta situación desde hace más de un año. Tomamos la decisión de solicitar y logramos reunirnos, tanto con el pleno como con algunos de sus miembros de manera individual, después de recibir informaciones de que intereses particulares han imposibilitado los acuerdos necesarios para sacar a esa institución del descrédito en que había caído en gestiones anteriores”, expresa PC en un documento de prensa.
Señala que la Cámara de Cuentas no exige ni a sus miembros ni a su personal, formación especializada en auditoria; por tanto, la gran mayoría solo son contadores, lo que explica su tradicional ineficacia para detectar las irregularidades y el robo de los recursos públicos.
“Como consecuencia de esto, y de los intereses de los diferentes gobiernos, las auditorías que se hacían hasta hace algunos años no cumplían con las normas internacionales en esta materia. Una gran parte del personal más calificado que tenía la institución ha renunciado, tanto por los bajos salarios como por el ambiente de innumerables presiones en que tienen que desarrollar su trabajo”, refiere.