ONDRES. (BBCMundo). El secuestro de 276 niñas por Boko Haram en Nigeria, las decapitaciones de periodistas y cooperantes por milicianos de Estado Islámico (EI) y el asesinato a sangre fría por el Talibán paquistaní de niños en una escuela de Peshawar fueron algunos de los actos de terror que marcaron el año.
Ante este ascenso de los actos extremistas, es necesario hacerse varias preguntas de cara a 2015.
¿Vivimos en un mundo menos seguro que hace un año a causa del extremismo?, ¿Qué hemos aprendido sobre la naturaleza del extremismo terrorista y qué nos dice sobre cómo será en el futuro?
Lo primero que hay que observar es que estos grupos no se han convertido de repente en 2014 en organizaciones sanguinarias.
Lo que ha cambiado es que el mundo occidental se ha dado cuenta de sus horrores.
Tácticas brutales
Abu Musab al-Zarqawi ya había mostrado su gusto por las decapitaciones alrededor de 2004 cuando fundó al-Qaeda en Irak, que eventualmente se convirtió en EI.
Mucho después de su muerte en 2006, el grupo empleó consistentemente sus métodos repulsivos. Por ejemplo, en junio de 2013, decapitó en público a dos hombre.
El Vaticano identifcó a una de las víctimas como un cura católico, lo que fue luego desmentido por varias fuentes.
El caso es que los horrores del estilo de EI han ocurrido durante más de una década sin que se prestara mucha atención.
El Talibán de Pakistán también lleva años asesinando brutalmente.
En su haber criminal se encuentran bombardeos de mercados, mezquitas y casas en las que había hombres, mujeres y niños inocentes.
Estos ataques han ocurrido casi cada semana a lo largo de la última década.
La masacre en la escuela de Peshawar se diferencia de estos en su mayor escala y en que atacó directamente a las familias de la élite paquistaní.
«El éxito de estos tres grupos se debe tanto al fallo de los gobiernos donde están establecidos como a sus propias estrategias»Boko Haram nació en 2002. Siete años más tarde ya había matado a más de 5.000 personas, la mayoría civiles, pero solo fue prohibido por Estados Unidos a finales de 2013, meses antes del impactante secuestro de las alumnas de escuela.
Las familias han vivido con el horror de informaciones sobre matrimonios, violaciones y asesinatos de las niñas. Mientras, aún no se vislumbra la liberación de las niñas.
Boko Haram explota los agravios causado por la corrupción económica y la ineficacia del estado nigeriano, que en parte se deriva de la corrupción incentivada por algunas de las empresas que operan en la región.
El ejército nigeriano se ha visto incapaz de derrotar a Boko Haram debilitado por la corrupción atávica en el ministerio de Defensa y el propio ejército.
Asimismo, EI ha cobrado fuerza saqueando a grupos respaldados financiera y materialmente por Occidente con el fin de apoyar a la oposición siria.
EI ha recabado grandes simpatías en las áreas sunitas de Irak gracias a la carta blanca dada a las milicias chiitas por el régimen de Nuri al-Maliki en Irak (2006-2014), que llevó a la tortura y asesinato de miles de sunitas y miembros del Partido Baaz (al que pertenecía Sadam Hussein).
Las conquistas territoriales de EI se debe a sus brillantes comandantes y combatientes pero también a la politización de los altos cargos militares en Irak, la mala gestión de las finanzas públicas y la ausencia de liderazgo nacional.
El Talibán de Pakistán, por su parte, también sobrevivió gracias a una falta de decisión del ejército paquistáni para aniquilarlos, que se debe al deseo de discriminar entre los elementos que eran útiles para la política exterior del país y los que no lo eran.
Supuestamente el vecino Afganistán estaba jugando a lo mismo al permitir que el líder del Talibán de Pakistán, Mullah Fazlullah, se refugiara en su territorio.
Antes, el ejército de Paquistán había accedido a las demandas de Fazlullah de implementar la ley islámica o sharía en ciertas áreas.
En lugar de servir para aplacarle, las concesiones le hicieron más fuerte.
Redes sociales
Lo que nos revela esta evolución es que las organizaciones terroristas necesitan ser confrontadas temprano para impedir que ganen fuerza y empleen tácticas cada vez más terroríficas.
Una confrontación exitosa requiere una forma de gobernar justa y efectiva y una estrategia de seguridad que combata a todos los terroristas, sin proteger a ninguno que pueda ser útil para beneficios políticos cortoplacistas.
El terrorismo es en esencia un acto retórico que busca transmitir un mensaje. Sin una audiencia no tiene utilidad.
Así que el creciente uso de las redes sociales por estas organizaciones hace más imperativo plantarle cara al extremismo.
Incluso si se consigue que las compañías de internet censuren las comunicaciones terroristas, estos grupos siempre podrán hacer llegar su mensaje, igual que siempre podrán lograr colar bombas y armas a través de buenos sistemas de seguridad.
El reto para nuestras sociedades es reaccionar y responder a las comunicaciones terroristas de un modo diferente.
Los terroristas hacen y dicen cosas que creen que tendrán éxito.
Cuando los periodistas y los analistas comentan sobre las comunicaciones terroristas están ayudándoles sin quererlo.
No es realista ignorarlos, pero destacar sus fallos cada vez que se reporta sobre el terrorismo es una manera importante de encontrar un equilibrio.
No se ha resaltado lo suficiente el fracaso de la estrategia de EI al usar videos de decapitaciones para impedir que Occidente se involucre en Irak.
UN APUNTE
Progreso lento
La atracción del terrorismo se ha visto así reducida al mito del éxito a través de la violencia.
Mientras EI pueda continuar controlando el territorio que ha tomado, continuará atrayendo a gente de todo el mundo que se vea seducida por la idea de luchar para crear un estado «utópico».
Y en tanto el Talibán de Pakistán pueda matar a miembros de las minorías religiosas y atacar a las fuerzas armadas, los graduados de sus madrasas a quienes les han lavado el cerebro se sacrificarán para cometer actos terroristas