San Mesrob: Santo de los traductores
Resulta interesante con las historias y/o anécdotas que puede uno toparse leyendo no sólo libros de historia sino también novelas. En muchas ocasiones me ha ocurrido y, cuando han llamado mi atención, enseguida me he puesto a indagar sobre la veracidad de las mismas. En el caso que me propongo narrar se trata de la existencia de un santo al que, por su trayectoria, se le nombró patrono de los traductores, algo que me atañe directamente.
Mesrob Mashdots, asimismo conocido como Mesrop, nació hacia el año 360 en Taron, en Armenia. Gracias a Koriún, discípulo suyo, padre de la Historia de la Cultura Armenia, conocemos su vida y obra. Koriún escribió un libro, en el año 443, “Historia sobre la vida y muerte de nuestro beatísimo maestro Mesrop Mashdots”. Fue él quien desveló que el santo recibió una educación amplia y liberal y que dominaba las lenguas griega, siria y persa, lo que le granjeó el ocupar el puesto de secretario y traductor de los decretos y edictos del rey cristiano Cosroes III.
Pero Mesrob deseaba, intensamente, dedicarse al servicio de Dios. De modo que abandonó la corte real para ingresar, como monje, en un monasterio. Allí, por voluntad propia, se sometió a grandes rigores y soportó hambre, sed, frío y pobreza. Pasaba numerosas noches rezando y estudiando la Biblia. Posteriormente, apoyado por el príncipe Shampith, se dedicó a predicar el Evangelio en el distrito de Golthn, obteniendo, con su esfuerzo el logro de muchas conversiones. El santo tuvo que soportar grandes dificultades de comunicación ya que los armenios no tenían alfabeto propio. Utilizaban la escritura griega, persa y siria, aunque ninguna era válida para representar los numerosos y complejos sonidos de su lengua nativa. Fue cuando Mesrob tomó la decisión de crear un alfabeto nacional. Fue apoyado por el rey Vramshapuh, sucesor en el trono de su hermano Cosroes III, e Isaac el Patriarca de Armenia.
Alrededor del año 406 Mesrob consiguió su meta. Cuando regresó a Armenia con el alfabeto, el Catolicós, la corte real, los eclesiásticos y el pueblo entero le recibieron con gran júbilo. Estaban completamente convencidos de que la salvación de su país se encontraba en la preservación de su idioma y de su cultura. El primer trabajo de Mesrob fue traducir la Biblia del griego al armenio, una ardua labor, basándose en una versión griega llamada “La Versión de los Setenta”, iniciada en el 404 y completada en el 433.
Entonces sus alumnos tradujeron al armenio la mayoría de las obras de los filósofos e intelectuales eclesiásticos. Lamentablemente, muchos de los originales de esas obras se han perdido y sólo restan dichas traducciones. Esta es la causa de que, en el día de hoy, grandes eruditos europeos se vean obligados a aprender el idioma armenio con el fin de extraer de éstas su sapiencia.
Para expresar su gratitud a Mesrop Mashdots y sus discípulos, la Iglesia Armenia ordenó una fecha conmemorativa en su honor que se festeja los segundos sábados de octubre. La tumba del santo traductor está situada en el pueblo de Oshakan. Miles de peregrinos la visitan cada año.