Conocemos a Yeni Berenice Reynoso desde hace muchos años, cuando recién llegó a la Fiscalía de Santiago, con otras que, como ella, fueron el orgullo de esta ciudad, Olga Diná, Luisa Liranzo, Rosalba Díaz, jóvenes mujeres fuertes de la Fiscalía, teniendo como titular al Magistrado Raúl Martínez, un joven abogado brillante que, como muchos, se perdió en la política partidista, que no supo apreciar sus dotes.
De Yeni supimos, desde que la conocimos, que llegaría muy lejos en el servicio de la Justicia, porque se mantuvo leyendo estudiando siempre, enamorada de su función y con una ética profunda, sobreponiendo la ley y su correcta aplicación ante cualquier otra circunstancia, algo de lo que se adolece hoy en día desde el sistema de derecho.
Cuando “se la llevaron”, las mujeres organizadas e independientes, sentimos el dolor sin despedida de una servidora que, a partir de su interés por conocer, su capacidad de respeto a los derechos de las demás personas y su sabiduría jurídico legal, había entendido el fenómeno de las diferencias de poder y las consecuencias que tiene en las mujeres.
El caso es que, tanto Yeni Berenice como el resto de la Procuraduría que encabeza la Magistrada Miriam Germán, son, como esta última dijera el domingo pasado sobre su trabajo: “Los fiscales que aportan su tiempo y su pericia a la lucha contra la corrupción administrativa son conscientes del desafío que enfrentan y se mantienen trabajando sin que ningún incidente o acción haya detenido sus indagatorias en los distintos casos bajo investigación”.
Sin embargo, en este país, la corrupción estructural enraizada que radica desde el poder con la complicidad de mucha gente, debe mover a ciudadanía entera a defender a quienes, en nuestra representación, defienden los intereses del pueblo, con firmeza, valentía, y de acuerdo a la deontología.
Nunca hemos tenido una Procuraduría como la actual, enfrentada a más de 500 casos de corrupción comprobada, asumiendo un reto histórico y enfocado a la desestructuración de un Estado que, por años, ha sido gobernado por el envilecimiento y la deshonestidad, con la intención de hacer prevalecer la ley y la justicia.
La Dirección de Persecución y la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), bajo la dirección de los procuradores adjuntos Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, debe ser ahora, uno de los puntos de mayor preocupación para el pueblo dominicano, porque significa un cambio positivo que tenemos que defender.
Hay que saber, que cualquier acometida contra una de esas personas, lo es también contra la ciudadanía honrada de R. Dominicana.
Por: Susi Pola
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