A la muerte anteanoche de seis presuntos delincuentes, incluidos dos policías, en un enfrentamiento a balazos con una patrulla de la institución no se le debe conferir el tratamiento que se le otorga a rutinarias novedades policiales, porque se trata de un suceso grave que todavía hoy tiene muchas zonas oscuras que requieren ser esclarecidas.
El cabo Adrián Antonio Rodríguez y el raso Steven Betances Lachapelle fueron abatidos del lado de los integrantes de la presunta banda que la Policía definió como “muy peligrosa”, por lo que hace falta saber si las autoridades tenían conocimiento de que enfrentarían a propios compañeros.
Entre los fallecidos se menciona al joven Jeffrey Bienvenido Rosa Ferreira, que tenía la condición de parapléjico, desde que hace 13 años perdió movilidad en sus extremidades, lo que hace difícil creer que pudo enfrentar a tiros a los agentes que lo perseguían.
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Además del joven con discapacidad física, la Policía identificó a los fallecidos como Eric Ramón Pérez (La brasa), Jonathan Tatis Jiménez y otro conocido como Melesy la Pólvora, algunos de cuyos familiares alegan que no eran delincuentes, pero otros vecinos de Los Alcarrizos revelaron que tenían problemas con bandas rivales.
No se sabe con exactitud las circunstancias en que murió otro joven en el área del hospital Doctor Vinicio Calventi donde supuestamente se produjo otra balacera entre alegados delincuentes con una patrulla policial, por lo que se requiere saber los lugares donde fueron abatidas las seis personas, incluidos los dos policías.
El adjetivo de “peligrosa banda “no resulta suficiente para justificar esa balacera, más aun cuando se afirma que entre los fallecidos figuran dos policías que serían miembros de esa banda, por lo que se requiere que la institución cuente la historia completa, incluido el caso del parapléjico y de un empleado del sistema 911.
La Policía está compelida a explicar con meridiana claridad todos los casos en los cuales sus agentes matan supuestos delincuentes en intercambios de disparos, más aun cuando ese tipo de suceso puede volverse tan recurrente que pronto se perderían en los libros de novedades policiales.
La sociedad aguarda por un informe bien pormenorizado en relación con la balacera que produjo seis muertos en circunstancias todavía difusas y más enrarecidas aun con el primer reporte ofrecido por la institución, en el que se menciona la muerte de un parapléjico y dos agentes en un supuesto rol de delincuentes.