Editorial Opinión

2024

2024

El año 2024 arriba ataviado de esperanza y optimismo con ineludible compromiso de acarrear una heredad de retos y desafíos inconclusos o incumplidos durante otros muchos años, por lo que de nuevo se confrontan pasado y presente por el dominio del porvenir.

Una mirada al pretérito confirma que la sociedad dominicana ha avanzado en su caminar por ásperos senderos de consolidación democrática y crecimiento económico, pero al volver la vista hacia adelante se admite que aún queda mucho trecho para alcanzar el anhelado estadio de justicia y equidad.

Entre las buenas nuevas de 2024 se resalta el renovado espíritu del gentilicio nacional por reemprender la marcha hacia la consecución del próximo nivel de afianzamiento institucional y de nuevas conquistas asociadas a la equidad y la justicia social.

Aguijoneada por un entorno internacional áspero, difícil y desalentador, República Dominicana está compelida a desarrollar en 2024 su agenda económica, política y social, que sería como navegar en medio de un tormentoso mar agitado por vientos propios y foráneos.

Los mayores compromisos colectivos estarían representados por las convocatorias en fechas diferentes de las elecciones municipales y las presidenciales y congresuales, con el desafío de garantizar procesos comiciales libres y diáfanos y, por supuesto, respeto a la voluntad popular.

Corresponde al Gobierno blindar el ejercicio del Presupuesto General del Estado frente a un complicado escenario electoral que podría inducir a un agravamiento del déficit fiscal por indeseable desenfreno en el gasto público o irresponsable gestión del endeudamiento.

Como salvaguarda de las bondades que pueda deparar el nuevo año, resulta indispensable que partidos y candidatos procedan a desintoxicar el debate electoral de agravios, falsas noticias y otras toxinas que drenan y dañan al todavía débil espacio democrático.

La sociedad toda tiene el compromiso de navegar por senderos del optimismo y la esperanza y de ejercer con conciencia y eficiencia su rol de guardián de la democracia, la Constitución y el sagrado derecho ciudadano a la justicia social y a la equidad económica. ¡Adelante!

El Nacional

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