Editorial

A la cárcel

A la cárcel

Quien incurra o intente incurrir en cualquier infracción tipificada como delincuencia o criminalidad o conduzca un vehículo en estado de embriaguez debería estar advertido de que pasaría los días de Navidad y Año Nuevo en la cárcel.

Las autoridades parecen resueltas a impedir a toda costa que las festividades de fin de año sean empañadas por quienes exhiben conducta irresponsable o delincuencial por lo que se ha advertido que las cárceles estarán abiertas para ingresar a forajidos y choferes borrachos.

El ministro de Interior, Jesús Vásquez, sostuvo un encuentro con el director de la Policía, Eduardo Alberto Then, de Tránsito Terrestre (Digesett), Ramón Antonio Guzmán Peralta, fiscales del Gran Santo Domingo, Rosalba Ramos, Andry de los Santos y Edward López para revisar el programa de prevención y persecución de crímenes y delitos.

Digesett anunció que desde esta semana dispondrá de un incremento de agentes y patrullas motorizadas en autopistas y carreteras para fiscalizar y viabilizar el tránsito, con énfasis en las horas de mayor tránsito y con expresas instrucciones de detener a choferes que conduzcan borrachos o que incurran en cualquier otra violación a la ley.

Las cárceles estarán disponibles también para motociclistas, que con su manejo temerario y los efectos del alcohol, se convierten en auténticos peligros públicos, sin contar lo revelado por el ministro de Interior, de que el 70% de los robos y atracos se perpetran en ese tipo de vehículo.

El director de la Policía adelantó que ya dispuso de un incremento del patrullaje en todo el país, de manera especial en zonas identificadas como vulnerables, avenidas, plazas comerciales, áreas residenciales y corredores de acceso a los aeropuertos, un programa preventivo dirigido por cien oficiales superiores.

En los días por venir se incrementan los riesgos de robos, atracos, asaltos, así como de accidentes provocados por violaciones de la ley de tránsito, por lo que se requiere literalmente lanzar la Policía a las calles, plazas, barrios y carreteras para prevenir crímenes y delitos.

Resulta mil veces mejor que delincuentes y choferes borrachos o temerarios se conviertan en inquilinos de la cárcel antes de que causen luto o angustia en una sociedad deseosa de disfrutar del período de Navidad y Año Nuevo en seguridad y santa paz.

El Nacional

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