El Ministerio de Medio Ambiente convocó a participar en un proceso de consulta pública en torno a la actualización del Reglamento de Cacería en territorio nacional, que incluye un catálogo de 20 especies, la mayoría invasoras, que pueden ser objeto de caza deportiva, comercial, de control o subsistencia.
Ese estatuto procura regular el ejercicio de los diversos tipos de cacerías permitidas por las autoridades rectoras de los recursos naturales, así como los requisitos, procedimientos y régimen legal aplicables para la obtención de las autorizaciones.
Lo extraño del caso es que entre las 20 especies que serán incluidas en la cacería o que se ofrecería permiso para su sacrificio deportivo figuran “perros asilvestrados” y “gatos asilvestrados”, sin que se sepa si la condición de “asilvestrados” autoriza a Medio Ambiente a matar esos animales a cartuchazos.
En Europa, los gobiernos aplican programas de repoblación de lobos extinguidos por hacendados y cazadores porque comen animales de corral, pero aquí se autorizaría exterminar perros y gatos a los que se les indilga la condición de “asilvestrados”.
En las comunidades rurales o suburbanas son muchos los caninos y felinos que corretean los montes sin perder su condición de especies domésticas, por lo que con el nuevo reglamento sobre cacería, serían víctimas de una práctica deportiva aberrante que colisiona con la ley de protección a los animales.
Hay que imaginarse que después que el cazador mate a un perro o gato asilvestrado, tendría que probar ante las autoridades de caza y pesca, que efectivamente ese animal no tendría la condición de doméstico, sino de fiera salvaje.
¿En cuáles de los tipos de cacerías se han colocado las especies de perros y gatos para ser sacrificados? ¿Acaso en la deportiva? ¿Comercial? ¿De control? ¿O de subsistencia? ¿Acaso el país está asolado por una invasión de perros y gatos asilvestrados?.
No hay ni puede haber razones técnicas, sanitarias ni humanas para que el Ministerio de Medio Ambiente autorice la caza de perros y gatos en montes y bosques nacionales, por lo que esas especies deben ser excluidas de inmediato de la lista negra.