Fidel despidiéndose
Fidel Castro acudió, con sus casi 90 años a cuesta, a la clausura del VII Congreso del Partido Comunista Cubano, en lo que algunos han considerado como la despedida de una vida pública fascinante, pero sobre todo exitosa, que ha obligado a considerarlo como la figura más destacada del siglo XX.
Demostró que podía salir de ser la principal figura de La Revolución y el proceso seguiría, es cierto que quien le relevó es su hermano, el que lo ha acompañado desde siempre en el proceso revolucionario (en el «El Moncada, en 1953, Fidel era el jefe de la operación y Raúl comandaba el mayor grupo de combatientes con la responsabilidad de tomar el Palacio de Justicia).
Este hombre-historia, que a los 22 años se enroló en la expedición de Cayo Confites que pretendía derrotar a Trujillo, que un año después, ya recibido de abogado, fue a un tribunal y presentó una querella contra el dictador Fulgencio Batista. Ese mismo que a los 27 años encabezó y perdió la batalla de «El Moncada», para regresar tres años después con 82 hombres, de los que solo lograron reagruparse una decena y 7 fusiles, y en menos de tres años, en la guerra de guerrillas más exitosa de la historia, derrotaron a un ejército que lo centuplicaba en hombres, armamentos y tecnología de guerra, pero infinitamente inferior en dignidad y decoro.
Sobreviviente a más de 600 intentos para matarlo, combatiente de primera fila en la fallida invasión de «Playa Girón», estadista exitoso en la crisis de los misiles, vencedor moral en lo del puerto de Mariel, conductor sin receso de un proceso revolucionario a menos de 45 millas del imperio más agresivo y poderoso de la historia, Fidel es, en sí mismo, un paradigma de Dignidad, por eso, al despedirse aún tuvo la delicadeza de mantenerse a tono con lo que ha sido toda su existencia : «A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos». Una reverencia, comandante, desde «algo más que salud».